Lo primero es pedir perdón a los aficionados más fieles de Tijuana: ellos sí se habían dado cuenta de cómo Disney ayuda a entender el significado de su escudo. Pero quizás el resto del público, atento a otros asuntos o equipos, no lo había hecho, así que ¿por qué no hacer un parón en este arranque del Apertura Mexicano para deleitarse con el emblema de Tijuana, de los más interesantes de la Liga de su país?
Bastaría con visualizar la película Coco para comprenderlo. Estas líneas se han atrevido a proponer una vía alternativa, la escrita, para conectar el mundo de la pelota con el de los metrajes. En la historia, Miguel, un niño que sueña con ser músico, ha de enfrentarse a su familia, que repudia su anhelo porque su tatarabuelo, también músico, abandonó a sus seres queridos. En cierto punto del relato, toca el instrumento de su antepasado, lo que le conecta con la Tierra de los Muertos.
Desde entonces, tan solo sus familiares ya fallecidos pueden verle e interaccionar con él, así que tendrá que conseguir la bendición de su tatarabuela para volver a la normalidad... con una excepción. Hay alguien que sí es capaz de verle. Es Dante, un perro callejero de la raza de los xoloitzcuintles, es decir, exactamente la misma que aparece en el símbolo de Tijuana. Por eso se conoce a sus jugadores como 'Xolos'.
Hay documentos de este tipo de can desde hace más de 3.000 años. Se trata de una figura clave en la cultura azteca. En concreto, se le concibe como un regalo de Xólotl, el dios de la oscuridad, la muerte y los espíritus. Su cometido era acompañar a los muertos al más allá, al Mictlán. Ese es el motivo por el que, mientras el resto de humanos no son capaces de detectar a Miguel, Dante sí puede verle. También es la razón por la que figura en el membrete de Tijuana.
Debido a su importancia en las raíces locales, la institución, joven -se fundó en 2007, o sea, hace tan solo 16 años-, confió en la raza para su dibujo, que da sentido a su apodo, a su nombre, a su denominación y al folclore de su país. Quizá sea difícil de pronunciar, pero también es imposible de olvidar. Los xoloitzcuintles que nacieron del Hueso de la Vida seguirán ayudando a los mexicanos a alcanzar la Tierra de los Muertos generación tras generación. Y los que nacieron en el Estadio Caliente tratarán de hacer honor a su emblema llevando su escudo a lo más alto de la tabla.