La violencia comenzó a desatarse cuando uno de los miembros del cuerpo técnico visitante invadió el terreno de juego para increpar al árbitro por un gol anulado a su equipo, según informaron medios locales.
Seguidamente ingresaron a la cancha aficionados de Sport Chorrillos para reclamar la legalidad del gol y agredir al árbitro y a los jugadores de Atlético Grau, lo que propició que uno de los futbolistas resultara herido por el impacto de una botella en su cabeza.
El gol anulado impedía a Sport Chorrillos reducir la desventaja de 2-0 que tenía en ese momento del partido.
Atlético Grau anotó por intermedio de Kevin Alcalde y Richard Ontaneda.
El duelo correspondía a la tercera fase de la Copa Perú, torneo cuyo campeón nacional obtiene el ascenso a la primera división y en el que son habituales los episodios de violencia entre jugadores e hinchadas rivales.
A la Copa Perú también se le conoce con el apelativo del "fútbol macho", por su dureza y dificultad para ganarlo, ya que compiten equipos de todos los municipios del país en canchas con condiciones muy limitadas.