Es el actual campeón, marcha líder del campeonato con un encuentro menos, pero es innegable que el cuadro azulgrana atraviesa un mal momento.
Los números del Barça, pese a ser en el global mejores que los de unos rivales que parecen no querer asumir el primer puesto, muestran los grandes problemas de un equipo que, en la práctica, son dos.
Y es que la entidad de la Ciudad Condal es una cuando juega al amparo de su afición en el Camp Nou y otra al viajar a territorio hostil. Un mal endémico que le ha costado al equipo grandes disgustos en las últimas campañas.
En casa, en su coliseo, el Barcelona sigue mostrándose como un rival intratable y tiene los mejores números del fútbol europeo y mundial de élite.
El Camp Nou viene siendo durante esta última década dorada del Barça un estadio prácticamente inexpugnable y esta temporada la tónica sigue siendo la misma.
Los pupilos de Ernesto Valverde han ganado todos sus encuentros ante su público tanto en Liga como en Champions y ha logrado ofrecer su mejor versión y su juego más atractivo.
Sobre el césped del estadio azulgrana, tal y como recuerda 'MD' en su portda, se han visto los mejores minutos de Messi, Arthur, Ansu Fati o Frenkie de Jong.
El escenario impone, el campo se hace ancho para el contrario y ahí el Barcelona consigue brillar con luz propia. Pero esa luz se apaga al salir de casa.
Como visitante, el cuadro del 'Txingurri' se transforma sin ningún tipo de razón y pasa a ser un equipo débil que se viene abajo ante la primera dificultad.
A ello se le añade la inoperancia de algunos futbolistas como Griezmann, Dembélé o Piqué a domicilio, que generan dudas en un equipo ya dubitativo.
Fruto de esa fragilidad han llegado los pinchazos este año (Athletic, Osasuna, Granada, Levante, Dortmund y casi en Praga) y también unos descalabros del pasado (París, Turín, Roma y Liverpool) que parecen el germen de este mal.
Ahora cualquier rival cree que puede ganar al Barça cuando este le rinde visita y, lo que es peor, el propio conjunto catalán salta al campo pensando que cualquiera puede amargarle el día.
Un problema muy grave que, si no soluciona Valverde, puede provocar grandes disgustos este curso en la parroquia 'culé'.