Dorsales controversiales en la historia del fútbol

Estos números son tan controversiales que preferirás no tenerlos en mente, ni siquiera cuando buscamos información sobre los mejores casinos de la red para probar nuestra suerte.
Los dorsales, o los dígitos que van en la parte de atrás de las camisetas de los jugadores, son una parte bastante importante en la carrera de cualquier deportista; especialmente en las estrellas de fútbol. Incluso, dependiendo del futbolista, puede que estos números se conviertan en un símbolo. Como es el caso del 10 de Messi o 7 de Raúl. Así como los jugadores son iconos de adoración, igual lo son sus dorsales, del mismo modo, han existido algunos que han pasado a considerarse como prohibidos o de mala suerte.
Ya sea por regla deportiva o por polémica, estos son los dígitos que han causado revuelo en los dorsales de los jugadores:
Buffon lució el número 88, en lugar de utilizar el clásico 1 de los arqueros, durante el Parma contra el Valencia. Transcurrido el partido, el dorsal no pasó desapercibido y causó polémica entre los fanáticos. La razón por la cual el jugador decidió utilizarlo fue porque, de acuerdo a sus comentarios, este número simbolizaba el carácter y temperamento del hombre.
Sin embargo, en medio del revuelo el público lo acusó de ser nazi. Esto debido a que este dígito representa uno de los símbolos del nazismo; siendo un código para exclamar “¡Hail Hitler!”, usando como referencia la letra H la octava en el alfabeto. Debido a la controversia, posteriormente se vio obligado a cambiar el 88 por el 77.
Como hemos mencionado, las curiosidades del futbol transcienden fuera del partido. En el caso de los dorsales, no solo son fundamentales para ubicar a un jugador en el campo; sino que, a lo largo de sus carreras, los números se vuelven su identidad y conforman el estrellato del mismo.
En la mayoría de los casos la selección del dorsal está en manos del deportista, pero existen excepciones. Este es el caso de El Salvador, en donde constan de dos números que no están permitidos, el 13 y el 18. En este país, estos números están relacionados a las calles más peligrosas del mismo, MS-13 y Calle 18, repletas de pandilleros y asesinos. Es por esta razón que el uso de estos números está ligado a estas bandas criminales, perjudicando al jugador de una terrible manera.
En Brasil, algunos deportistas se niegan a usar este número porque piensan que sus preferencias sexuales serán ligadas con el uso del mismo. El rechazo es tanto que, cuando la CONMEBOL permitió llevar a 28 jugadores a los partidos de la Copa América pasada, el equipo brasilero decidió llevar solo 24 jugadores y usar el número 25 en la camiseta del jugador 24.
Este revuelo se ha convertido en un asunto bastante serio para el deporte en el país sudamericano. Tanto así que, el Tribunal de Justicia de Río de Janeiro convocó a la Confederación Brasileña de Fútbol para justificar la omisión del número 24. Esta demanda provino del Grupo Arco-Iris, de la comunidad LGBT+ de Brasil. Este movimiento buscó encontrar aclaratorias acerca de si el abandono del uso de este número está ligado a prejuicios homofóbicos.
La explicación popular de esta omisión se debe a que, en Brasil el número 24 es usado para identificar al venado (veado) dentro de una lotería ilegal muy popular en la región que ya forma parte de la cultura de la nación, y la pronunciación de la palabra “veado” tiene una similitud sonora con “viado”, una expresión despectiva hacia los miembros de la comunidad LGBT+.
Durante el año 2009, la Liga Alemana de Futbol le negó al jugador croata Dino Drpic del equipo Karlsruhe, el uso del 69 en su dorsal. Para vetar este dorsal del campo de juego, la Liga Alemana alegó que el empleo del mismo dificultaba la visión en el terreno.
Según cuenta la historia, Drpic quería cambiar su dorsal del número 11 al 69 por petición de su esposa. Se presume que fue una broma privada con connotaciones sexuales. A pesar de todo, el Karlsruhe se encontraba de acuerdo con Dino en su decisión de lucir el dorsal 69. Esto se debía a que lo consideraban como un movimiento de marketing que resultaría positivo para el equipo. Sin embargo, las mofas subidas de tono y los comentarios los hicieron desistir de la idea.