La violencia no tiene cabida en el fútbol. Así lo ha querido dejar claro la justicia.
Este lunes, la Sección Quinta de la Audiencia Provincial, con sede en Vigo, decretó que los diez ultras del Celta que pegaron a unos seguidores del Mérida en 2018 no pisarán un campo de fútbol en un par de años.
Los diez acusados se declararon culpables de un delito de desórdenes públicos, otro de daños y un tercer delito leve de lesiones, por los que han sido condenados, además, a una multa de cuatro euros diarios durante 8 meses y 20 días.
En todos los condenados concurre la eximente inconcreta de alteración psíquica, y en uno de ellos, con antecedentes penales, el agravante de reincidencia, que se compensa con la atenuante cualificada de reparación de daños.
Los hechos se remontan al 26 de mayo de 2018, cuando se disputó en el campo de O Vao un encuentro entre el Coruxo y el Mérida. Ese día, al filo de las 14.00 horas, los diez condenados, junto a otros 30 individuos que no fueron identificados, irrumpieron en un establecimiento armados con palos, bates y piedras y asaltaron el bar, en el que había un grupo de aficionados del Mérida, algunos con niños.
Los condenados llevaban los rostros tapados con pasamontañas, bufandas y capuchas y la emprendieron con el mobiliario del bar, causando destrozos por valor de algo más de 1.000 euros, que ya le han sido abonados a la compañía de seguros, que se personó como acusación particular.
Además, atacaron a puñetazos, patadas y golpes de bates de béisbol a los aficionados del Mérida. Cuatro de ellos tuvieron lesiones de diferente gravedad. Los diez radicales han sido condenados a pagar proporcionalmente las costas procesales.