Un mal despeje y un resbalón. Estos fueron los motivos por los que el Alcorcón se quedó sin nada en casa a pesar de dominar en muchos tramos al Sporting. Los asturianos hicieron un partido correcto. Supieron rentabilizar al máximo su dos dianas de la primera mitad. Esta vez, Sandaza no pudo rescatar a los suyos.
Los primeros compases fueron de protagonismos repartidos. El de la pelota lo atesoraban los visitantes; el de las llegadas, los locales. Pesó más lo segundo debido a lo endeble de la zaga 'alfarera'. Dos errores graves pusieron patas arriba el resultado pronto.
El 0-1, un gol en propia puerta. Hubo un centro a la olla que ningún atacante alcanzó a rematar, pero sí Perea a despejar. El centrocampista mandó, sin querer, la bola a su red. Dos minutos más tarde, Nacho le puso un centro a Djuka y este se quedó solo porque Diéguez se resbaló. Batió a placer a Jiménez.
Desde entonces, fueron despertando los de Fran Fernández poco a poco. Se hicieron con el control de la bola e iban llegando con una peligrosidad progresiva. La mejor ocasión para recortar distancias antes del descanso la tuvo Romera, que erró un mano a mano.
Dieron un paso atrás en la segunda mitad. El Sporting controlaba los tiempos y dejaba que corriera el cronómetro, pues le convenía. El Alcorcón iba plantando bombas en cada llegaba potable que protagonizaba. Para desatascar la situación, Fran Fernández metió a Sandaza y Sosa, que hicieron mucho daño.
Ellos fabricaron la más clara. Pase del venezolano al corazón el área y disparo a bocajarro de su compañero que sacó Mariño con un paradón. Los asturianos se rindieron al dominio rival tras esta declaración de intenciones. Se centraron en defenderse con todo y en ponerle balones largos a Djuka, que poco podía hacer. Esta táctica valió, pues los puntos acabaron en su casillero.