La situación del joven delantero portugués en el Sevilla ha variado de los mensajes esclarecedores de Joaquín Caparrós evidenciando la compra del futbolista, a un silencio que no hacen sino aumentar las dudas en torno a su futuro.
André Silva llegó a Sevilla el pasado verano en calidad de cedido, pero con una opción de compra de 38 millones de euros. Una cifra que enseguida pareció asumible para las arcas sevillistas dado el buen rendimiento del goleador luso.
No obstante, la situación ha sufrido un cambio radical con la llegada del nuevo año. Al igual que el Sevilla, el invierno no le ha sentado demasiado bien al punta, que se encuentra envuelto en plena crisis anotadora.
El futbolista aún propiedad del Milan lleva 13 partidos sin perforar la red, alargando su sequía hasta el partido en el Sánchez Pizjuán frente al Levante, el pasado 26 de enero.
A expensas de solventar su futuro a corto plazo y de querer permanecer en la capital de Andalucía, Silva tiene diez partidos por delante para convencer a Monchi. El mismo tiempo que resta a los rojiblancos en vistas a poder cumplir los objetivos en Liga.