Minuto 52 de partido. Suiza no ha podido tener mejor salida de vestuarios. Nada más empezar el segundo tiempo, y después de haber pasado por encima de Italia en el primero, Rubén Vargas se inventa un golazo que amplía la ventaja. El 2-0 que se puede ver en ese momento en el luminoso del Olímpico de Berlín sería eterno, pero bien pudo ser muy diferente pese a todo.
La 'Azzurra' fue una selección menor. Muy pequeña. Parecía que era su rival quien tenía 4 Mundiales y 2 Eurocopas. A los puntos, la clasificación suiza debería haber sido efectiva mucho antes del pitido final. Pero los de Spalletti se encomendaron a aquellas selecciones italianas que, al final y con muy poco, casi siempre se salían con las suyas.
Pero no pasó esta vez. Y pudo pasar. El mazazo del 2-0 estuvo a punto de tener, en un autogol de Fabian Schar, el antídoto perfecto. En un centro al área sin peligro alguno, el central, de cabeza, mandó la pelota hacia su propia portería. Yan Sommer solo pudo hacer la estatua para ver un balón que, en cualquier otro momento de la historia, muy posiblemente habría besado la red. Pero, en esta ocasión, fue al palo.
Sí mejoró, aunque obligada por las circunstancias, con el paso de los minutos. Al menos, tuvo el balón y avanzó metros, si bien apenas puso en aprietos a Sommer. Sí lo hizo Gianluca Scamacca en el minuto 74, en una acción que incluso podría haber sido invalidada. Mattia Zaccagni, en posición dudosa, asistió al '9', que esperaba con la caña en el segundo palo. A poco más de un metro de la línea de gol, el delantero de la Atalanta mandó la pelota a la madera y confirmó que no era tarde ni para los más optimistas.
June 29, 2024