Todo comenzó con un inocente globo al área en el minuto 52. Foster salió a despejarlo, pero o no se lo dijo a sus defensas, o estos no le escucharon.
El arquero inglés chocó con ellos y la jugada se embarulló. Tras una serie de rebotes, el esférico le cayó a Lucas Moura y el brasileño le pegó de volea.
El disparo no fue a puerta. Era más bien un centro tenso al área, quizá buscando lo que sucedió, un rebote afortunado. El balón pegó en Doucouré y se coló en la meta de un Foster que nada pudo hacer para evitarlo.
La alegría le duró poco al Tottenham. Un cuarto de hora más tarde Troy Deeney igualaba el encuentro y en el 76' Cathcart le daba la vuelta al marcador, para desolación de unos 'spurs' que se las dieron muy felices, pero que sólo fueron capaces hasta ese momento de perforar las redes rivales con un golpe de suerte.