Duric, la leyenda del fútbol de Singapur que fue olímpico en canoa en Barcelona 92

A lo largo de la historia, solo los elegidos han logrado brillar en más de una especialidad deportiva. Sí es fácil encontrar atletas que hayan participado en varias disciplinas, pero no es tan sencillo encontrar deportistas que hayan compaginado el fútbol con otros deportes de alto nivel.
Apenas Bjorn Wirkola, en los años 70, y Aleksandar Duric pueden presumir de ello en categoría masculina. El caso de este último, nacido en la extinta Yugoslavia, es el más impactante que se recuerda en el mundo del fútbol.
Arrancó como portero y luego fue centrocampista del Sloga Doboj, un modestísimo club de su ciudad natal. Sin embargo, por unos problemas en la espalda fruto del crecimiento le recomendaron que también hiciera kayak desde los 12 años. Así, se proclamó campeón de Yugoslavia con 15 años y a los 17 llegó a ser octavo del mundo de su categoría.
Luego, entró en el ejército de Yugoslavia, pero estalló la guerra de los balcanes y tuvo que huir por petición de su padre. "Mi padre luchó en la guerra, mi hermano lo hizo durante cinco años y mi madre fue asesinada en 1993. Las bombas que el ejército musulmán lanzó cayeron directamente en mi casa", recordó en una entrevista años después.
Duric salió con 300 marcos alemanes del país tras jugar una temporada en Segunda División y entrenó en el AIK sueco, aunque no quiso ser un refugiado y terminó en Hungría justo cuando Yugoslavia se desmembró. Así, sin pasaporte y en el país centroeuropeo, recibió una invitación del Comité Olímpico Bosnio, recién creado, para participar en la clase C-1 en la prueba de 500 metros de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
Llevaba dos años sin entrenar este deporte, pero aun así aceptó y puso rumbo a la Ciudad Condal. Aquello fue una odisea. Tuvo que lugar haciendo autostop hasta la frontera con Austria, donde no le dejaron pasar, pues no tenía pasaporte y apenas contaba con la carta de invitación de Bosnia, que creían que era falsa. Finalmente, una llamada del Comité Olímpico del país balcánico solucionó todo y llegó a Eslovenia para volar hasta Barcelona. Llegó 48 horas antes de la ceremonia inaugural y tuvo que competir con material prestado por los equipos de Italia y España. Fue eliminado en la repesca y regresó a Hungría y al fútbol en el Szeged.
Ya convertido en delantero centro, pronto dejó Hungría para probar suerte en Australia, donde jugó cinco años, antes de desembarcar en Singapur. Allí, el fútbol le tenía reservado el éxito y se convirtió casi de manera inmediata en leyenda. Más de 200 goles, internacional a los 37 años... y 24 tantos con la Selección de Singapur tras nacionalizarse en 2007. Se retiró con 44 años, si bien siguió jugando hasta los 49 en las ligas menores y cerró su vida deportiva con 17 títulos y varios trofeos a 'MVP' y de máximo goleador. Todo eso, 22 años después de su estreno olímpico en canoa y con una guerra histórica entre medias que destrozó su familia.