El Olympique de Lyon perdió (2-1), pero se acabó llevando el gato al agua ante una Juventus que quedó severamente golpeada. Y aparte de por la eliminación de la Champions League, la noche se hizo aún más amarga por la lesión de Paulo Dybala.
Maurizio Sarri había reservado al delantero, que entró en la convocatoria pero no fue titular. ¿El motivo? Una lesión muscular sufrida el pasado 26 de julio ante la Sampdoria de la que llegó muy justo al partido.
La Juve acusó claramente la ausencia de Dybala sobre el campo. Sin su socio, Cristiano se tuvo que buscar las habichuelas por sí mismo y el equipo careció de fluidez y de juego interior, así que Sarri sacó al argentino en la segunda parte.
Era el minuto 70 cuando Dybala entró por Bernardeschi. Tocó algunos valones, tuvo un disparo desde la frontal que se marchó alto... y en el 83, tras recibir un balón pegado a la banda, notó que algo no iba bien.
El futbolista tuvo que pedir el cambio consciente de que se había vuelto a romper y se marchó del campo abrazado por sus compañeros, que le animaban mientras rompía a llorar.
Finalmente, Dybala terminó de ver el partido desde la grada con el rostro decaído. Su cara era un auténtico poema, más aún tras la eliminación final de una Juventus que no encontró el gol de la clasificación.
"¿Dybala? Con Douglas 'out' y Cuadrado pidiendo el cambio... tenía que arriesgarlo", dijo Maurizio Sarri en rueda de prensa tras ser cuestionado por la necesidad de forzar al argentino pese a llegar tocado.