El delantero portugués, mientras él y sus compañeros se encontraban fuera del rectángulo de juego hablando, intentó con una volea uno de esos goles imposibles que se suelen ver de vez en cuando en los entrenamientos.
Cristiano golpeó el balón, y lo hizo con tanto efecto que, pese a encontrarse a unos dos metros de la línea de cal, consiguió meterlo dentro de la portería bajo la atenta mirada de sus compañeros.
Uno de los futbolistas que estaban presentes era Paulo Dybala, quien se encontraba casi a su lado y al que las cámaras le pudieron captar con una expresión de sorpresa en su rostro poco después del golpeo del luso.