El marcador del encuentro marcaba un 2-3 para el Khaitan, tras llegar empatados a la prórroga. Con los nervios a flor de piel, el colegiado del encuentro expulsó a un futbolista del Al Jahra, y entonces todo se torció.
La violencia fue 'in crescendo', y el árbitro tomó medidas. Éstas disgustaron a un jeque del Al Jahra, quien decidió bajar al campo para mostrar su disconformidad con la decisión arbitral.
La discusión se fue calentando y se desató la tormenta. El caos se adueñó del deporte rey como si fuera una pelea en una sucia taberna.