El fútbol vasco suele caracterizarse por ser una oda al fútbol directo y una lucha inagotable en cada jugada que regalan los 90 minutos. Sin embargo, Eibar y Alavés protagonizaron un partido al más puro estilo 'biscotto' que, para colmo, no le sirvió a ninguno de los dos equipos.
El choque comenzó con un claro dominio del esférico del conjunto 'armero', pero con un ataque totalmente estéril. De hecho, el cuadro 'babazorro' tuvo el primer acercamiento del partido pese a no gozar de la posesión del balón. Abqar, en la salida de un córner, remató de cabeza, pero su disparo se marchó desviado.
A partir de ese momento se frenaron en seco las ocasiones en el duelo. Una tónica que se mantuvo durante todo el partido salvo en arreones puntuales que pudieron decantar el triunfo para un lado o para otro.
Faltó calidad y fortuna en el tramo clave
En el tramo de cuatro minutos desde el minuto 19 hasta el 23 ambos equipos no aprovecharon amarrar la victoria por falta de suerte y calidad. El primero de los protagonistas de este cúmulo de jugadas fue Stoichkov. El delantero 'armero' aprovechó el rechace de Sivera tras un potente disparo de Imanol y con mucha calidad se la picó al meta valenciano. Sin embargo, el árbitro, a instancias del asistente, y posteriormente el VAR, anularon el tanto del punta.
Mientras que los pupilos de Luis García Plaza respiraban tras ver que ese gol no subió al marcador por centímetros, la sensación en Ipurua era que su equipo ya había metido el miedo en el cuerpo a su rival para acercarse al triunfo.
Nada más lejos de la realidad, el Alavés se creció tras el tanto anulado a Stoichkov. De hecho, en la siguiente jugada, Jason mandó arriba un remate con la testa libre de marca. El ex extremo del Getafe o Valencia no daba crédito.
Por si fuera poco, tras la clarísima ocasión del atacante 'babazorro', Luis Rioja aprovechó un fallo defensivo del contricante y diseñó una fantástica acción individual que culminó con una asistnecia perfecta de gol para Guridi. Sin embargo, el canterano 'txuri-urdin' dispató desviado en el intento de vaselina a Luca Zidane.
El partido prometía ser precioso tras estos ataques ilusionantes, pero fue todo lo contrario. Hasta el último minuto de la primera mitad no volvió ninguno de los dos equipos a asomarse a protería contraria. Javi Muñoz, con un disparo desde la frontal, tuvo la oportunidad de adelantar al Eibar. Sin embargo, una soberbia estirada de Sivera evitó el tanto del '14' del cuadro local.
La segunda parte no tuvo ritmo alguno
La segunda mitad se postulaba como el tiempo en el que se tendría de decidirse el encuentro. Sin embargo, no hubo apenas ataques en los segundos 45 minutos.
El duelo entró en una dinámica de poco ritmo, donde reinó el miedo a no perder y el 'centrocampismo'. El Eibar lo intentó más con centros laterales, pero que fueron desbaratados por Sivera y la retaguardia del 'Glorioso'.
El recién ingresado Alkain tuvo la oportunidad más clara de la segunda parte tras un disparo que tocó en la defensa local y casi se coló en la portería de Luca Zidane. El partido finalizó sin más historia y con un reparto de puntos en el derbi vasco.
El resultado no les vale ni a 'babazorros' ni a 'armeros' para dar un serio golpe en la mesa, pero sí para sumar y tener continuidad en los puestos altos de Segunda División.