El domingo 23 de agosto está marcado en el calendario del fútbol mundial. Es el día en el que el planeta verá cómo se corona el nuevo campeón de Europa. Los contendientes, el PSG y el Bayern de Múnich; los protagonistas, muchos. Los datos de ProFootballDB permiten enfrentar a los más determinantes.
El laboratorio de datos de BeSoccer lo hace seleccionando a aquellos más importantes de cada equipo. Con los promedios (basados en la temporada 2019-20) de distintos aspectos del juego por partido dependiendo de su demarcación -goles y pases en delanteros, paradas y saques en porteros...-, la comparación trata de ser lo más completa posible.
Keylor Navas vs. Neuer: ¿qué muro es más sólido?
Aunque Keylor Navas llega tocado a la final del campeonato, es la opción preferente de Tuchel. Recurrirá a Sergio Rico si el costarricense no llega a tiempo. En el ideal caso de que pueda ponerse bajo palos, se verá con un Neuer que está crecido tras enfrentarse a Ter Stegen en cuartos de final y salir totalmente airoso.
El ex del Real Madrid está por encima de su rival en las tareas habituales de un cancerbero. Para algo menos, pero lo hace más por cada gol que recibe. Encaja menos tantos y despeja más. En salidas por alto, están prácticamente empatados (0,21-0,22).
Donde manda el alemán es con la pelota en los pies. Esto no significa que sea peor portero: para más que el del PSG. Lo que ocurre es que sus paradas son menos efectivas -recibe más tantos-. Con la bola a ras de suelo, promedia más y mejores pases tanto en corto como en largo.
Thiago Silva vs. Boateng: experiencia e igualdad
Ambos con varias temporadas en sus respectivos equipos, ambos con mucha experiencia en partidos de máximo nivel y ambos con unas estadísticas que lo ponen difícil para decidir al mejor. Serán titulares, liderarán la zaga y un acierto o fallo suyo podría decidir al próximo campeón de Europa.
Thiago Silva es más efectivo. Cuando entra, entra para robar la pelota. De ahí que sea líder en porcentaje de éxito en duelos defensivos (70,09%-65,79%). También intercepta más balones (5,44-4,88) y es más difícil regatearle (0,97-1,07). En materia de pases, los suyos suelen salir mejor.
Boateng muerde más. Si el brasileño se la juega menos y es más seguro, el alemán es evidencia del estilo de juego de Flick. La presión alta e intensa le obliga a tomar más riesgos. Participa en más duelos defensivos -aunque gane menos-, recupera más balones e intenta más pases progresivos y en largo -aunque falle más. Eso sí, es un antiaéreo: de cada diez veces que salta con un delantero a por una pelota, gana en 7,5 ocasiones, uno más que su contrincante.
Verratti vs. Thiago: ¿creatividad o seguridad en la sala de máquinas?
Si fueras entrenador y estuvieras a punto de jugar la final de la Champions League, ¿qué preferirías, a un centrocampista que genere más ocasiones o a uno que asegure más los pases? Verratti y Thiago escenifican esta disyuntiva en Lisboa. Magia italiana y 'tiki-taka' español, cara a cara.
Marco da el doble de pases clave, el doble de asistencias y crea el doble de peligro. Como Keylor Navas, es otro efectivo cuya titularidad dependerá de los riesgos que quiera tomar su ténico. Tuchel le dio minutos contra el Lyon. Puede que confíe: podría valer por goles.
Thiago falla menos y garantiza circulación de pelota, algo esencial en el estilo de juego del Bayern. Proporciona más y mejores pases hacia delante y en largo, recupera más y tira más a puerta. Lo único que daña su vitola de seguridad es que pierde más balones.
Neymar vs. Müller: sinfonía brasileña y trabajo por debajo del radar
Neymar y Müller son indetectables. Aunque sus estilos sean totalmente distintos, la comparación reside en que se encargan de trabajar cerca del área rival para generar ocasiones. Al brasileño no le pillan porque regatea al perfecto compás de su samba; al alemán, porque vuela por debajo del radar.
El astro del PSG mete más del doble de goles, tira más del doble de veces a puerta, regatea muchísimo más, recibe muchas más faltas, filtra más esféricos al área, pierde más balones y gana muchos más duelos en ataque. Sus datos le dibujan a la perfección.
Se trata de un regateador nato. Nunca se sabe por dónde puede salir. Si elige acelerar la música, puede hacer un destrozo a cualquier defensa, por eso es tan difícil de parar. Ya demostró contra el RB Leipzig su capacidad para pasar el balón por debajo de las piernas de sus rivales con un simple giro de cadera.
Müller hace el trabajo sucio y lo hace de un modo menos vistoso, pero más efectivo. Garantiza más asistencias, muchísimos más centros -más del triple- y recupera más pelotas en campo rival. Incluso le salen mejor los regates, aunque esto se debe también a que intenta muchos menos.
Está viviendo su segunda juventud y podría ponerle la guinda levantando la 'orejona'. Sus rasgos, tan distintos a los de Neymar, evidencian que hay otra forma de poner en apuros a los defensas. Solo Lisboa decidirá cuál de las dos se lleva el gato al agua.
Di María vs. Gnabry: el ángel y el diablo
Al igual que con Neymar y Müller, dos perfiles capaces de destruir al equipo rival, pero totalmente dispares. Di María es un ángel. Aparece para jugársela más -pierde más balones- y regalar goles a sus compañeros -da más asistencias y pone más centros-.
Gnabry es un diablo. Lo demostró contra el Lyon. De un tiro al palo de Ekambi a un jugadón individual que acabó con el balón clavado en la escuadra. Sus cifras ante Ángel lo evidencian: casi el doble de goles, más tiros a puerta, más éxito regateando y más recuperaciones en campo rival.
Hay tres aspectos en los que están casi igualados con el pupilo de Tuchel muy ligeramente por encima. Intentan casi los mismos regates por partido; reciben casi las mismas faltas y ganan casi los mismos duelos en ataque. ¿Qué implica esto? Se arriesgan casi lo mismo y los defensas les pillan la matrícula con casi la misma dureza.
Mbappé vs. Lewandowski: 'l'enfant terrible' amenaza el legado del eterno pistolero
Dos generaciones de delanteros chocan de frente en Lisboa. Dos concepciones, dos formas de entender qué se busca de un '9'. Lewandowski, que lleva marcando goles toda la vida, responde a un perfil más rematador. Mbappé es más completo.
Las evidencias están en sus cifras. Kilian da más asistencias, pases clave, pases correctos y toques en el área rival. También intenta muchos más regates. Esto no significa que esté muy por debajo a la hora de mandar la bola a la red, pero el alemán es un especialista.
Robert mete más goles, abre la lata casi el doble de veces, es más efectivo de cara a la portería, gana muchísimos más duelos aéreos y, aunque pierde más balones, también recupera más en el campo contrario. Por edad, acabará dejándole su sitio a 'l'enfant terrible', pero no lo hará sin dar guerra.
August 22, 2020