El Alcorcón, tras el empate frente al Levante, agotó matemáticamente todas las opciones que tenía de salvación de cara a la última jornada y, 11 meses después de regresar a Segunda, el sueño por la permanencia se ha desvanecido con un descenso que durante toda la temporada ha sobrevolado al equipo.
Hace once meses, el 24 de junio de 2023, el Alcorcón celebró el ascenso tras una temporada en Primera Federación. Fue un regreso rápido a la categoría de plata tras culminar una campaña exitosa que no ha tenido continuidad porque el proyecto deportivo del conjunto alfarero no ha sido el más acertado.
La dirección deportiva acometió una profunda renovación de la plantilla con quince bajas y otras tantas llegadas y, bajo el liderazgo de Fran Fernández, el equipo no encontró el rumbo desde el principio, sintiéndose superado partido tras partido sin encontrar la forma de cambiar el rumbo.
De hecho, el técnico almeriense fue destituido en diciembre tras 18 partidos disputados resumidos en tres victorias, cinco empates y diez derrotas, con un balance de dieciséis goles a favor y treinta y uno en contra, casi dos por encuentro.
Esa fragilidad defensiva condenó al equipo en la primera vuelta y la apuesta del club por Mehdi Nafti fue precisamente para frenar esa sangría atrás, aparte de para tratar de levantar el ánimo, cambiar la dinámica y dotar al equipo de un estilo de juego completamente distinto al de Fran Fernández.
Con Nafti el equipo mejoró defensivamente, se volvió más correoso, tuvo un juego más reconocible, pero siguió adoleciendo de pegada, como refleja que en 23 partidos el equipo solo haya marcado 15 goles, una cifra muy pobre para pelear por la salvación.
Tras encadenar cuatro jornadas sin perder entre la 32 y la 35, el Alcorcón no supo dar el salto necesario en la clasificación en el partido clave, contra el Eldense en Santo Domingo. Un juego rácano, de pocas ideas y con poca pegada, condenó al equipo a un empate frente a un rival directo por la permanencia.
Ese resultado hizo mella en el grupo, aunque la fortuna permitió al conjunto 'alfarero' llegar vivo a la penúltima jornada. En el Ciutat de València solo valía ganar. Sí o sí. El equipo no hizo un buen partido, encajó dos goles en la segunda parte y, aunque llegó a igualar la contienda, el empate no fue suficiente y el descenso es una realidad.
Ahora, por delante, una semana para reflexionar que se va a hacer larga antes de cerrar el curso en un partido intrascendente ante el Burgos. Será la despedida al sueño efímero de jugar en Segunda y el inicio para que el club recapacite y busque la fórmula de montar un proyecto deportivo que sea ilusionante, de garantías y consistente para tratar de volver a la categoría de plata.