El aliento de Belfast reaviva la llama del imperio teutón

El 'God save the Queen' abrió las gargantas de los aficionados que se dieron cita en Windsor Park y desde entonces no pararon, creando una atmósfera que llegó a creer más que los hombres de Michael O'Neill.

Pero era la noche de Marcel Halstenberg, que eligió el encuentro más importante para Alemania en esta fase de grupos para abrir su cuenta goleadora.

El partido, no obstante, estuvo en manos de Irlanda del Norte en varios tramos del encuentro. Neuer, gigante, recordó al portero que otrorá deslumbró a Europa evitando el 1-0 a los siete minutos.

Cada ocasión errada por los locales era una bala perdida en manos de Löw, que recolocó a los suyos desde el banquillo tras unos primeros minutos perdidos sobre el césped.

Irlanda del Norte comenzó a replegar en la presión, otorgándole más espacio a Alemania para armar las jugadas con tranquilidad. Brandt ayudó a formar un 'trivote' con Kroos y Kimmich que dio superioridad y fluidez al bando teutón.

Justo lo que le faltaba a los visitantes. El choque se igualó, Werner protestó dos posibles penaltis por manos y Washington volvió a tener el 1-0 en sus botas. 

El partido se marchó al descanso con el público entregado por esa última oportunidad, pero a sabiendas del poderío de su rival, que en la última visita a Belfast se marchó con un 1-3 a favor.

La vuelta del recreo le sentó a las mil maravillas a Alemania. De lateral a lateral, Klostermann colgó un balón al área que terminó por encontrar a su compañero de la zaga. El '16' coló la bola en la escuadra en el minuto 48 y hundió la moral de Irlanda del Norte.

Tuvieron el 1-0 en sus botas en varias ocasiones, menos de las que gozó la 'Mannschaft', pero un repaso a su alineación podría perfectamente desvelar esta incógnita. 

La diana de Halstenberg congeló el corazón de los hombres de O'Neill, que volvieron a intentarlo espoleados por su público en los minutos finales.

Havertz, fallón de cara al gol, sí estuvo muy habilidoso para filtrar un balón entre centrales a un Gnabry que se encargó de cerrar el encuentro en el 92'. Un gol que silenció Belfast y devolvió al país a la realidad.

Irlanda del Norte perdió su primer partido de cinco y se mantiene en cabeza junto a Alemania, pero Holanda se acerca. El partido crucial aunque no definitorio para el cuadro norirlandés será el próximo 10 de octubre.

El 'green and white army' visitará en 30 días a Frenki de Jong y compañía, con tres puntos y un partido menos. Alemania, que descansa, observará desde la barrera la posibilidad de un triple empate a doce en la cabeza del Grupo C.