Que una jugada puede cambiar un partido es una realidad dicha mil y una veces. El Andorra lo sufrió en sus propias carnes en la jornada 26 de Segunda División. Recibió la visita del Zaragoza y su enfrentamiento fue igualado, con oportunidades para ambos, y aparente candidato al 'cerocerazo'. Nada más lejos de la realidad. Bebé, debutante y elegido por su entrenador para desatascar el duelo, hizo exactamente eso para un debut de ensueño con victoria merced a un gol en el minuto 93.
En el conjunto maño, destacaron las individualidades de Giuliano Simeone y de Bebé, el anotador, si bien es el primero, en los 45 minutos iniciales, el que más remó por el triunfo de los suyos en un principio. Insistente, dio trabajo constante a los defensas locales y llegó a disparar al palo de Marc Vidal. Para el segundo acto, su entrenador confió en el debutante para condimentar su propuesta ofensiva y, como premio a su pelea por granjearse huecos, aprovechó su momento en la última jugada.
Antes de la euforia, los 'blanquillos' eran presos de la impotencia y, para colmo, habían perdido a dos jugadores por lesión. El primero es Mollejo, que, después de unos primeros compases de 'guerreo', con movimientos, quejas al colegiado y mucha intensidad, tuvo que salir del campo en camilla tras hacerse daño al interceptar un tiro de Mika Mármol. Un poco más tarde, Bermejo corrió la misma suerte. En su caso, hubo de echarse al suelo aquejado de la pierna derecha, cerca de la cadera, y se le sustituyó al descanso.
El Andorra, a pesar de estos problemas que asolaban al Zaragoza, no logró llevarse el gato al agua. Aunque se diferenciaran algunos futbolistas como Bundu, que generó un par de ocasiones de peligro, la propuesta de Eder Sarabia era una más colectiva que en búsqueda de acciones individuales. Sin que Carlos Martínez terminara de aparecer, los 'tricolores' intentaron hacer suyo el control de los tiempos del partido en muchas fases a través de la posesión de la pelota.
Los de Fran Escribá, lejos de dejarse llevar por la fidelidad de los locales a sacar el balón jugado desde atrás, se mantuvieron en sus puestos sin lanzarse a una presión alta que desfogara a sus protagonistas e hiciera abrirse grietas en su esquema. De este modo, los de casa se vieron obligados a probar suerte principalmente desde fuera del área y, como nadie hizo sonar la campana con un golazo, el duelo se abocó al 'cerocerazo'.
O eso parecía en el minuto 93, cuando Bebé culminó una contra de manual para llevar los tres puntos a La Romareda. Diego Alende, que había cuajado una actuación correcta hasta entonces, aparece en la foto de la derrota. Hizo un ademán de pararse -o quizá se tropezó- en el momento en el que su rival perseguía un balón a su espalda y no pudo evitar que sentenciara el 0-1, que se tradujo, clasificatoriamente, en un 'sorpasso'.