Mucho se ha hablado de la acción. Que si, pese a la falta de voluntariedad, la patada del coreano sobraba. Que si fue su acción o el posterior encontronazo con Aurier lo que motivo la grave lesión... Pero un detalle había pasado desapercibido.
Porque el delantero del Tottenham vio la roja directa por dicha acción. Sin embargo, no iba a ser ese destino inicialmente. Los gritos de espanto de André Gomes llevaron al árbitro a cambiar de idea.
Tal y como se puede comprobar en el vídeo, en cuanto ocurrió la falta, el árbitro inglés se dirigió hacia Son con la amarilla en la mano. Cuando estaba a punto de mostrarle le amarilla, se percató de la gravedad de la dolencia y de los gestos desencajados de todos los jugadores que se acercaron a la escena.
3 de noviembre de 2019
Entonces, mandó a los servicios médicos entrar al césped (aunque ya habían accedido por su cuenta) y retiró a un desencajado Son del perímetro. Paralelamente, guardó su tarjeta en el bolsillo.
Ya transcurridos unos momentos, con André Gomes atendido en el suelo, Martin Atkinson enseñó la roja directa al jugador coreano, que enfiló el camino a los vestuarios sin poderse creer lo que había ocurrido, y con la expulsión en un segundo plano.
La Premier League, terminado el partido, justificó la cartulina roja en un escueto comunicado basándose en "la salud de un jugador como consecuencia de su entrada".
En un principio, la falta parecía digna de amarilla sin más, pero queda claro que el dolor de André Gomes cambió el criterio del colegiado.