Karim Benzema y la Federación Francesa parece que no podrán desandar todo el camino de puyas y dardos que se han ido lanzando desde 2015, momento en el que estalló el 'caso Valbuena'.
La supuesta implicación del delantero en el chantaje y el posterior juicio, aún sin resolver, le cerraron la puerta de la Selección Francesa. Desde entonces los aficionados galos han estado divididos sobre si debe volver o no.
Esta temporada el ariete se ha erigido como uno de los baluartes más importantes del conjunto blanco y ha sellado uno de los mejores años de vida como profesional.
Su desempeño ha sido tan bueno que incluso algunos habían comenzado ya a pedir el Balón de Oro para Karim, pero esa posibilidad se ha desvanecido tras la decisión de 'France Football' de no entregar el galardón.
Tampoco le ha servido este año para reabrir las puertas de la Selección Francesa. Y es que las rencillas entre Benzema y Le Graët siguen creando fricción.
Cuando parecía que el presidente del organismo galo parecía tender un atisbo de puente entre ambos, el delantero ha dejado claro que no olvida lo sucedido durante los últimos cinco años. Un nuevo golpe a una relación inexistente e irrecuperable.