Por los pelos. El Arsenal se quedó un punto de su visita al Leeds United en la novena jornada de la Premier League gracias al desacierto de los locales para traducir su superioridad y sus ocasiones en algún gol. Tres veces se quedaron con las ganas por disparos a la madera.
El último, el de Raphinha, fue el más doloroso. El jugador chutó a placer en el área, pero le impregnó demasiada potencia a su intentona, así que el esférico acabó rozando el palo y yéndose por línea de fondo. De hecho, tras la ocasión, varios jugadores se echaron al suelo desesperados.
Los de Arteta se quedaron con uno menos desde el inicio de la segunda mitad. El VAR revisó un leve cabezazo de Pépé a Alioski cuando se encaraban e indicó al colegiado que debía sacarle la tarjeta roja. Desde entonces, el objetivo principal fue salvar los muebles. Pudieron marcar, eso sí, por una mano en el área, pero venía de un rebote y la normativa de la Liga lo considera excepción.
Y, aunque se logró mantener la paz, el empate no le vale a ninguno de los dos equipos. El Leeds United pierde la oportunidad de derrotar a uno de los clubes más importantes de la Premier en su año de regreso a la categoría de oro inglesa y el Arsenal suma ya 200 minutos sin ver puerta (una victoria en cinco partidos solo).
November 22, 2020