El Athletic termina con buenas sensaciones la pretemporada después de lograr un empate a uno en Anfield, donde aceptó el reto de jugar a tumba abierta ante los de Klopp y, amparado en una soberbia actuación de su guardameta Julen Agirrezabala, firmó un partido de prestigio.
Pese a que no deja de ser un amistoso, el último antes de empezar la Liga en Elche, Marcelino puede irse con orgullo y satisfacción por presentarse en Anfield, un estadio mítico, con una alineación en la que un futbolista por línea ha sido cachorro hace cuatro días. Ahí, ante el poderoso equipo de Klopp, se plantaron Agirrezabala, Vivian, Vencedor y Sancet, para desafiar al Liverpool en un pulso que parecía un partido oficial.
Lanzado en velocidad con un dinámico Iñaki Williams, el Athletic asomó sus garras primero. Empezó Agirrezabala con su festival de paradas. La primera a Salah, justo antes de que un error en la salida de balón en el minuto 13 costase el gol de Diogo Jota para el Liverpool. El control orientado de Mané fue de fantasía. El meta guipuzcoano se sacó una bonita estirada a lanzamiento de Alexander-Arnold.
Comenzaron las ocasiones claras rojiblancas, con Iñaki Williams que se quedó sin ángulo tras regatear a Alison. Más clara si cabe fue la de Sancet al segundo palo, en una nueva internada de Willy. El ambiente era vibrante. Agirrezabala había volado antes a mano cambiada en un zurdazo mortal de Salah. Y Alisson volvió a frenar a Williams en un mano a mano propiciado por Vencedor.
El Athletic logró el empate tras el descanso en una acción fantástica que arrancaron entre Muniain y Williams, que encontró a Sancet para asistir a Berenguer al segundo palo. Era el minuto 52 y los leones cogieron más balón. Eso sí, se tuvieron que refugiar en otro gran despeje de Agirrezabala en un fogonazo a bocajarro de Mané. El joven Elliott, que se marcó un soberbio partido, dio el último susto en un zurdazo a la cruceta. Todo ello, en un fantástico ambiente de fútbol para sellar la pretemporada.