Empezó muy bien para el Athletic el encuentro. En el primer minuto de juego ya ganaba, gracias al gol de Larrazabal, pero el Paderborn le dio la vuelta al marcador en media hora.
Zolinski, en el 16', y Vasiliadis, en el 34', colocaron al Paderborn por delante en el electrónico. El Athletic no acusó el golpe, y siguió fiel a su estilo. Siguió jugando sin precipitarse, ajeno al resultado.
Tras el descanso, las cosas se pusieron peor. Antwi-Adjej hizo el 3-1 para el Paderborn, y entonces sí. Entonces el Athletic reaccionó. Los de Garitano se pusieron el mono de trabajo.
Más presión, más velocidad, más intensidad y, sobre todo, nada de clemencia ante los errores. Gracias a dos fallos de Paderborn, el Athletic logró empatar un encuentro que tenía más que perdido.
Córdoba, en el 74', aprovechó el primer regalo del portero alemán, e Iker Muniain, en el último suspiro, empató el encuentro, tras otro error del guardameta rival: no se entendió con su defensa, se la regaló a Aduriz, este a Sancet, pero su disparo pegó en el larguero, aunque la fortuna sonrió al Athletic, pues el rechace lo recogió Muniain y marcó el 3-3 a placer.
El Paderborn ha sido la primera prueba de fuego del Atheltic, y este domingo llegará la segunda, pues los 'leones' se miden al Borussia Mönchengladbach, un rival aún más exigente.