El Atleti perdió el tren de la Supercopa y la Copa

"Es un palo duro", resolvió Amanda Sampedro sin tapujos, tras ver caer a su equipo en los octavos de final de la Copa de la Reina frente al Real Betis.

Los errores de Leicy Santos y de Olga García en la tanda de penaltis sentenciaron al equipo 'colchonero', totalmente alicaído este curso, después de un trienio fabuloso, plagado de títulos y de buen fútbol, que parece irremediablemente encontrar su fin.

Poco queda de la mordiente que exhibía aquel Atlético que estrenó su palmarés con la Copa de la Reina en 2016 y que cogió carrerilla en las tres temporadas siguientes, en las que fue el mejor equipo de la Primera División Femenina.

"El Atleti siempre se encuentra a final de temporada luchando por los máximos títulos posibles", expuso la capitana, "y ahora se nos ha caído la Copa de la Reina también". "Se nos cayó el otro día la Supercopa -cedió en semifinales ante el Barcelona- y, ahora, hay que levantarse y pensar en el Levante. Ahora lo que tenemos que hacer es preparar el partido del domingo", apuntó queriendo encaminar al grupo hacia el siguiente objetivo.

Ese cruce ante el cuadro granota es trascendental. Puede darle aire o acabar de tumbarle en la lona. Con el liderato demasiado lejos -el Barcelona gobierna la Primera Iberdrola con nueve puntos de ventaja-, el equipo rojiblanco ve amenazada la segunda plaza, valedera para la Champions. El Atlético, un conjunto acostumbrado a competir en Europa, ahora ve peligrar su participación en la competición continental. Todo pasa por el choque de este domingo en Alcalá de Henares. El Levante puede superarle en la clasificación.

Le toca, por tanto, al vestuario rojiblanco "hacer autocrítica" y "autoanálisis", mejorar "como equipo y a nivel individual", continuó Amanda Sampedro. Dio cuenta, de ese modo, la internacional española de la necesidad de recuperar a un Atlético de Madrid desnaturalizado, al que le está faltando juego y gol; también alma y carácter.

Desde el club apuntaban hace pocas semanas que la destitución de Pablo López y la llegada de Dani González iba, precisamente, por ahí. Por tratar de recuperar la identidad del Atlético, por ver a las jugadoras competir con hambre, más allá de que a final de curso se pudiera contar algún trofeo o ninguno.

"Recordemos que estas jugadoras vienen de ser tres veces campeonas de Liga en años anteriores y que tienen una experiencia y una calidad contrastada", reflexionó el nuevo técnico tras la caída en Copa.

"Es cuestión de recuperar su mejor versión. Nuestro objetivo de aquí a final de temporada es pelear por todo lo que tenemos por delante y convencerlas de que con trabajo y esfuerzo se pueden conseguir", sentenció.

Al Atlético de Madrid le queda salvar la segunda plaza y crecer antes del doble embate en los cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Barcelona, un equipo que le dobla en goles anotados -68 por 35- en la Primera Iberdrola.

Nadie pudo suplir a Jenni Hermoso

La comparativa sirve para ilustrar las consecuencias de la partida de Jenni Hermoso. Una vez cumplido su año de contrato con el Atlético, la madrileña decidió regresar a la ciudad condal, donde ya había brillado antes de su breve periplo en París.

Su pérdida debilitó al Atlético. Era ella quien capitalizaba los goles y el juego, quien potenciaba a Ángela Sosa y lanzaba a Ludmila. Ni Charlyn Corral ni Toni Duggan han rallado a su altura, mientras Deyna Castellanos -incorporada en el mercado invernal- ansía más minutos para desplegar su potencial.

"Ha venido gente de fuera y tenemos un proceso de adaptación, que no es fácil", se excusó Sosa, recientemente, en una entrevista a 'EFE'. Tras seis meses de convivencia, sin embargo, los nuevos y viejos rostros colchoneros deben dar un paso al frente para evitar que la historia recuerde este 2020 como un 'annus horribilis'.