Había oro en Moscú, pero al Atleti le falló el pico. El conjunto 'colchonero' cuajó su mejor duelo de la temporada, rindió a un nivel brillante a nivel colectivo e individual, pero se estrelló con el muro de un Lokomotiv de Moscú que sacó petróleo de un penalti dudoso para lograr un empate a uno que le permite seguir con vida en esta Champions League.
El cuadro del Cholo Simeone comenzó dominante y con confianza, reforzado por su reciente triunfo frente al Red Bull Salzburg y su excelente situación en una Liga en la que no conoce la derrota. Y ese dominio pronto se transformó en ventaja en el marcador, aunque el gol inicial llegó con una cocción lenta.
Joao Félix, el futbolista que mejor momento atraviesa en el ataque rojiblanco, fue el primero en avisar con un cabezazo descoordinado en el minuto 10. El 'Menino de Oro' remató solo, pero saltó demasiado pronto y no pudo conectar bien el remate. Quizás las convocatorias con Portugal y CR7 le enseñarán a mejorar en esta faceta.
Luego, en el 17', fue Saúl el que lo probó de una manera clásica: un latigazo marca de la casa desde la frontal del área. El centrocampista, una de las sorpresas en el once del Cholo, hizo lucirse a Guilherme, que sacó una buena mano que no tuvo tiempo ni de celebrar.
Y es que en la acción siguiente llegó el 0-1 del cuadro rojiblanco. Herrera recortó hacia dentro en la banda izquierda, alzó la cabeza y vio a una locomotora uruguaya entrar al área. Puso el balón al sitio y Giménez, con un testarazo inapelable, puso en ventaja a los suyos.
La reacción rusa fue inmediata, pero casi por accidente. El Atlético estaba crecido y se gustaba con Joao dejando algunos destellos de clase y Luis Suárez jugando muy bien de espaldas, aunque sin estar fino de cara a puerta a domicilio, su gran debe en la Champions.
Sin tiempo para celebrar el 0-1
En el 24', un centro al área del cuadro moscovita se topó, previo rebote en el pecho, con la mano de Herrera. El colegiado revisó la acción en la pantalla y no dudó en señalar una pena máxima que Miranchuk transformó en el 1-1.
Ese tanto dio vida y ánimo al Lokomotiv, pero fue un espejismo. Pronto el Atleti se hizo de nuevo con las riendas del choque una vez superó el golpe y se volcó en busca del 1-2 antes del descanso ante un equipo ruso que casi no pasaba de su campo.
Pese a ello, el cuadro de la capital de Rusia nos sufrió en exceso. Solo un disparo de Correra que tocó en la parte alta del larguero sobresaltó al equipo local, que tras un serio ejercicio de orden defensivo logró su objetivo de llegar al descanso con 1-1.
Dominio total con Joao como líder
La reanudación no cambió en absoluto el guion y los primeros cinco minutos evidenciaron que todo el segundo acto iba a ser igual que el final del primero: un ejercicio de resistencia del Lokomotiv y de paciencia del Atleti.
Simeone metió a Koke por Saúl para dar movilidad al esférico y último pase al equipo, ya que el técnico argentino veía que el duelo se iba a jugar totalmente en la mitad de campo del conjunto ruso.
Pese a ello, quien llevó la voz cantante del Atleti fue un Joao Félix que se echó el equipo a la espalda y lideró una y otra vez las embestidas rojiblancas. En una de ellas, el astro luso estuvo cerca de hacer un auténtico golazo, pero su trallazo a la escuadra encontró una maravillosa mano de Guilherme.
También lo volvió a probar de cabeza el '7', con un resultado idéntico a su disparo anterior: paradón del meta de un Lokomotiv que achicaba agua una y otra vez con la lengua fuera mientras miraba de reojo qué lento pasaban los minutos en el marcador.
Las buenas noticias para el equipo local es que el 1-1 no se movía y su red permanecía virgen en la segunda parte. Suárez rompió momentáneamente la pureza de la misma en el 66', pero el charrúa, que remachó un cabezazo al larguero de Koke, estaba en fuera de juego. Un día más de maldición a domicilio para el '9'.
Un muro inquebrantable
Simeone, viendo que el tiempo se agotaba, dio entrada a Lemar y Vitolo para dar velocidad al equipo, aunque el futbolista canario no pudo aportar demasiado, ya que en el 77' tuvo que dejar su lugar a Lucas Torreira por lesión.
Con el Lokomotiv sin generar peligro más allá de un contragolpe de Zé Luís, los 22 hombres se concentraban en el interior del área rusa, lo que dificultó la consecución de un gol que, aunque merecido, nunca terminó de materializarse.
Así, con 1-1, el colegiado señaló el final. Un resultado que dejó con un sabor agridulce a un equipo 'rojiblanco' que reafirmó sus buenas sensaciones a la vez que volvió a evidenciar sus problemas de cara al gol.