En 2014, el Atlético de Madrid se sacó la carrera de Traducción e Interpretación de Inglés en Londres con aquella victoria ante el Chelsea para meterse en la final de la Champions. No se conformó y, en 2020, fue a por el máster a Liverpool. Sufrió en los exámenes, pero salió airoso y se llevó el título a casa. Y ahora, en 2022, los del Cholo Simeone se han doctorado en Mánchester.
El 1-1 de la ida no fue justo. El United había dejado una imagen pobre, la misma que ha mostrado en buena parte de la presente temporada. Y la misma que dejó hoy. Old Trafford cada día es más teatro de los recuerdos que de los sueños, pero sigue siendo una hazaña considerable llevarse el triunfo de uno de los templos del fútbol.
El Atlético de Madrid no se salió. No lo bordó. No dejó un partido de los que hacen afición. Pero entendió el idioma a la perfección. Como esa persona que, sin saber de gramática ni conjugar demasiado bien una lengua, la chapurrea y logra llegar al sitio deseado o encontrar el restaurante que busca en tierra extranjera.
Sabía Simeone que el peor enemigo del United podría ser el propio United. Un equipo que tiene nombres de 10 y fútbol de 5. Un Cristiano Ronaldo que cada día se aleja más de la galaxia. Un Bruno Fernandes sin la magia de hace unos meses. Un Elanga que promete más a futuro que a presente. Y un Ralf Rangnick que parece desenvolverse mejor en las alturas de las oficinas que en las bajezas del banquillo.
Por eso, el Atleti se dedicó a no interferir demasiado en el cortocircuito local. Porque, aunque empezó mejor el United, casi obligado por las circunstancias, pronto se notó que el peligro era más sensación que realidad.
El Oblak de antes
Pese a que el United estuvo lejos de su (desconocida) mejor versión, sí que tuvo que aparecer Jan Oblak. El esloveno, que lleva tiempo sino en entredicho sí rebajado de los altares, salvó el 1-0 en el 13' con la frente. Elanga tiró a un metro tras un pase de la muerte de Bruno desde la derecha y el portero, con la cara, repelió el remate a bocajarro.
El guardameta apareció en un par de acciones más. Si bien no eran tan meritorias, mostró una seguridad que ha echado en falta últimamente. Atrapó sin vacilar un pepinazo lejano de Dalot, envenenado con algo de efecto, y antes del descanso y ya con el 0-1 en el marcador, no se dejó engañar por un lanzamiento lejano de Bruno de un balón que hizo de todo en el aire hasta ser despejado a córner por el cancerbero.
Pidiendo perdón a la cronología, Oblak siguió siendo ese Oblak de antes en la segunda parte. Apenas se llevaban unos pocos segundos de la segunda parte cuando rozó, sin que el colegiado lo notase, un disparo de Elanga que no iba muy lejos del palo.
Pero el verdadero paradón de Oblak se reservó para la recta final. Fue en el minuto 77, con un United 'volcado' (con más de un par de comillas) sobre el área rival. Cabeceó solo Varane en el área y el portero del Atleti salvó el empate con una oda a los reflejos. Sacó la manopla y el rechace fue a Cristiano, que, de chilena, remató de primeras para que el esloveno, a un solo guante, se hiciese con la pelota.
El Atleti de siempre
El Atlético de siempre. Bueno, es un siempre 'millenial'. El Atléti del Cholo de siempre, para ser más exactos. Es decir, sin conceder ocasiones, salvando su portero las pocas que logra producir el rival y con la máxima efectividad en el área rival. Casi calcó el clásico guion de Simeone un equipo que avisó por primera vez tras la parada clave de Oblak. Acto seguido, De Gea tuvo que volar en una espectacular parada. De Paul le pegó desde fuera del área, la bola tocó en Fred y el portero español sacó una mano brutal para enviar la bola a córner.
Joao Félix, que sigue en estado de gracia, marcó a los 34 minutos, pero Llorente arrancó en fuera de juego. Koke filtró un gran pase para su compañero, pero tardó un segundo más de lo debido. Ya en fuera de juego, recibió y asistió a Joao, que marcó a puerta vacía... para nada. ¿O sí sirvió para algo?
Aprovechó la inercia el equipo español para adelantarse en el marcador, esta vez de verdad. Para abrazar el unoacerismo, una teoría casi olvidada ya en los lares 'colchoneros', cuando más sentido tenía. Renan Lodi no llevaba un gran primer tiempo, pero arregló su desacierto con el 0-1 en el 41'.
La jugada tuvo su polémica, ya que pedían falta sobre Elanga en la acción previa. Comenzó el ataque en las botas de De Paul, quien encontró al espacio a Joao Félix. Este, con un taconazo, abrió para un Griezmann que centró al segundo palo desde la derecha y Lodi, con la cabeza, remató pegado al poste completamente libre de marca.
El United de ahora
Así se llegó al descanso. Por delante, quedaba toda una segunda parte de la que ya hemos desvelado algunos acontecimientos. Se entrelazaron los tres protagonistas: el Atleti pudo ser el de siempre porque Oblak volvió a ser el de antes, sí, pero ambos se vieron muy ayudados por el United de ahora.
A nadie se le escapa que las mejores noches europeas de Old Trafford no tienen fecha actual. Los Sancho, Rashford, Cristiano, Cavani, Pogba, Bruno y demás, a la vez que desprenden purpurina a su paso, no han logrado consolidar a los 'red devils' ni en lo alto de la Premier ni de Europa.
En cualquier otra época, un 0-1 en Old Trafford en la vuelta de una eliminatoria era algo hasta terrorífico. Centros al área, tiros, saques de esquina... En resumen, un asedio del que esta noche no se vio ni rastro.
Apareció el peligro en el área del Atleti en contadas ocasiones, aunque también pudieron los 'red devils' complicarse la vida. De Gea le regaló la pelota a De Paul en la frontal, pero arregló su mal envío con una buena estirada para blocar el disparo del argentino.
Sancho sí que avisó con un trallazo con la zurda que no encontró por poco la escuadra. Pero eran latigazos sueltos y aislados de un equipo que se limitó, en la recta final, a jugar al balonmano ante un Atlético más Atlético que nunca. Cerró filas Simeone y Rangnick, que metió a Rashford, Cavani o Pogba, no encontró la llave. Pero es que casi no llamó a la puerta.
Entre centros con la fe justa para levantarse del césped y miradas al reloj, llegó el final. Solo un tiro de Dalot que salió cruzado en exceso y el último córner, en el que Oblak y su salida a tiempo dejaron a De Gea con el molde para rematar, hicieron peligrar efímeramente el doctorado del Atleti en Old Trafford.