La Liga estaba hecha para un solo equipo y ahora son cuatro los que pueden levantar el título. Ilusos los que creían que el Atlético lo tenía todo atado y los que pensaban que su inquebrantable defensa no podía caer nunca. Sucedió lo contrario. Lo que era una racha impensable se hizo realidad y ya son dos puntos los que hay de diferencia con el Barcelona y con el Real Madrid, pero no es esta la peor de las noticias.
No tiene que suceder un milagro, aunque el Atlético sí se ha echado varias toneladas sobre su tejado. Si los de Koeman ganan el jueves al Granada, habrá cambio de líder y todo podría quedar decidido en el Camp Nou.
Todo es una incógnita. A la parroquia 'colchonera' no le sorprenderá la complicada situación porque el Atlético acostumbra a hacerlo todo más complicado de lo podría ser en realidad. El riesgo exagerado gusta a unos 'colchoneros' que se dejaron tres puntos que valen media Liga en San Mamés. Parece el último superviviente de una película de suspense y terror.
Se mereció algo más el Atlético, si bien no supo concretar arriba y la falta de acierto les terminó condenando a no poder fallar ni una sola vez en las cinco finales que quedan por delante. Es un 'Tourmalet' viendo lo visto.
El Cholo apostó por dejar a Joao Félix y a Suárez en el banquillo por si las cosas se ponían feas en vez de dejar cerrado un encuentro que se decantó para el Athletic antes de lo previsto. Mucho antes. El Athletic desenchufó al líder en la primera mitad.
Ander Capa ganó línea de fondo y esa defensa que no era penetrable ahora lo es más que nunca. Álex Berenguer saltó solo entre Savic y Trippier y Oblak no pudo hacer nada en el remate a quemarropa.
Correa se acercó al empate y el portero esloveno tuvo que aparecer para salvar a un Atlético preocupado y nervioso por su falta de gol, lo que le llevó a momentos de despiste que aprovecharon los de Marcelino.
Dani García saltó encima de Ander Capa y, a pesar de la lesión, el Athletic logró irse a los vestuarios con el mazazo dado al líder de LaLiga y con la moral en crecimiento.
Se volcaron los 'colchoneros' al ataque y Simeone comenzó a meter la pólvora que tenía en la banca. Saltaron Joao Félix, Suárez y Lemar después de que Sancet perdonara una ocasión clara desde el borde del área. Solo tenía que fusilar a Oblak y la mandó a las nubes.
Quiso creer el Atlético y tanto fue el cántaro a la fuente que se acabó rompiendo con una prolongación certera de Savic que llenó de ilusiones y de rabia a un Atlético remando a contracorriente.
En los diez últimos minutos se pasó de dar un pequeño paso hacia la Liga a retroceder dos. El Atlético recibió de su propia medicina y fue Íñigo Martínez el que les cobró la cuenta.
Sucedió lo mismo. Otro jugador completamente libre de marca. El del Athletic llegó desde atrás como una bala y firmó un potente cabezazo que traspasó a Oblak. El Atlético podría entregar la Liga en unos días y tener la obligación de ganar en el Camp Nou y en el resto de citas.