El Ferrari en el que se ha subido el Atlético Baleares no gripa. Los números le colocan entre los mejores de todo el panorama español y, ante el Oviedo B, volvió a demostrar que quiere ser de plata.
Desde el primer momento demostró el cuadro balear que está hecho para luchar por el ascenso. En un partido marcado por el viento, los de Manix Mandiola encimaron desde el primer momento al filial ovetense.
Fue el Atlético Baleares el que se adelantó en el electrónico. Lo hizo por medio de Jorge Ortiz, a pase de David Haro, para firmar su séptimo gol de la temporada.
Reaccionó bien el filial del Oviedo, que desde el punto de penalti provocó los primeros, y únicos, nervios en el Atlético Baleares. Alarcón, desde los once metros, puso el empate en la recta final de la primera mitad.
La locura se instaló en Son Malferit. En solo tres minutos, y poco antes de que el colegiado decretase el tiempo de descanso, Tony Gabarre, tras una conducción de 40 metros, y un Jordan Holsgrove que se estrenó como goleador, pusieron el 3-1 que terminaría en el marcador.
Una vez hecho el trabajo en los primeros 45 minutos, el Atlético Baleares hizo de equipo grande para controlar el partido. No permitió el cuadro insular ninguna reacción de un Oviedo B que se queda en mitad de tabla.