Sus dueños son alemanes, su fútbol es más propio de una máquina que de humanos. Los técnicos rivales lo dicen a cada jornada: la Segunda B se les queda pequeña. En ese guion llegó la octava vitoria de la temporada en nueve partidos del Atlético 'Bayernares'
La cita era la más complicada hasta el momento, visita a un Ibiza que también andaba muy en forma y que soñaba con un zarpazo que le pusiera líder. Lo intentó de muchas maneras. Pero, además de ganar, el equipo de Manix demostró que sabe sufrir, algo vital en la categoría.
Kike López, muy activo, agitó a los locales en la primera mitad, si bien fue Javi Pérez quien estuvo más cerca del tanto; respondió bien Manu Herrera. Apenas Gabarre había tenido una opción antes.
Al descanso no lo vio nada claro Manix, quien no dudó en dar un aire nuevo. Dos cambios al descanso empezaron a cambiar la cara del equipo. Eso sí, con lo que no contaba el técnico del Atlético Baleares era con el choque que tumbó a Manu Herrera, el segundo de la mañana, y que le obligó a agotar los cambios pronto y a hacer debutar a Xavi Ginard esta temporada.
Con el panorama algo peor, llegó la mejor de las noticias. La igualdad quedó quebrada poco después, cerca de la hora de juego, cuando Tony Gabarre consiguió su sexto tanto de la temporada.
Pero el partido, con el Ibiza apretando, se empezó a poner más activo para Ginard, que sudó en su debut. Poco después del 0-1, le negó a Cirio el empate.
Achicó bien agua el Atlético Baleares, que tuvo opciones a la contra con el Ibiza arriesando. Iturraspe y Gabarre, al que Lucas le negó una ocasión clara, tuvieorn el 0-2, aunque también el empate Diego Mendoza en el 81', pero no llegó a un peligroso centro de Raí.
El culmen de la resistencia llegó en el 88, con una triple ocasión para el equipo de Pablo Alfaro, que murió en la orilla. De nuevo Ginard estuvo soberbio. Los cinco minutos de añadido acabaron convirtiéndose en siete, pero el líder supo aguantar para ser ya primero con cinco puntos de ventaja ante el rival al que derrotó.