El maestro derrotó al aprendiz en el regreso del fútbol al Wanda Metropolitano. El Atlético de Madrid se impuso a un Real Valladolid que intenta crecer en Primera con un planteamiento calcado al del Cholo. Orden, defensa y máxima efectividad en sus pocas ocasiones.
A los pucelanos solo les faltó una pizca de lo último, porque en el resto estuvieron perfectos. Y eso que Sergio agitó el equipo con hasta nueve cambios. Entre ellos, el del portero. Debutó en Primera Caro y demostró que le vino grande el partido.
El ex canterano del Sevilla estuvo nervioso y, pese a que hizo algunas paradas de mérito, acabó siendo decisivo para la derrota de los suyos. Una mala salida en un saque de esquina, justo después de su mejor intervención, permitió a Vitolo hacer el único tanto del partido a portería vacía.
Antes, en la Primera parte, Atlético y Valladolid intercambiaron golpes. Los rojiblancos, crecidos tras el 0-5 a Osasuna, se parecieron más a la versión de San Mamés que a la de El Sadar. Tuvieron más ocasiones los del Cholo, pero las más claras de la primera mitad fueron blanquivioletas.
Waldo, crecido como siempre ante los grandes, obligó a Jan Oblak a mostrar su mejor versión. Poco después, le puso un pase fastuoso a Matheus, que también debutaba, y el brasileño la envió a un palmo de la madera. El jugador cedido por el Barça cuajó un interesante debut en Primera.
Pero no solo el Valladolid, vertical al contragolpe, merodeó el gol. El Atlético explotó el momento de Marcos Llorente, que tuvo una autopista por su banda. Y es que Waldo estuvo tan voluntarioso en ataque como poco trabajador en defensa. Raúl Carnero se vio superado.
Lo solucionan los titulares
Pese a los intentos de Joao Félix, el Atlético no mejoró hasta la entrada de Koke y Carrasco. Luego, Diego Costa y Correa también mejoraron a Morata y al portugués. Antes de marcharse, Lemar rozó el gol con un tiro desde lejos en su única acción peligrosa del choque. El galo volvió a decepcionar.
El hambre de Diego Costa le granjeó tres ocasiones claras. Un gol bien anulado y dos mano a mano que no pudo culminar. Pero el Atlético, sin grandes alardes, ya tenía demasiado atrás a un Valladolid que se olvidó de atacar tras el descanso.
Thomas, con un chut desde lejos, obligó a Caro a hacer su mejor parada de la noche y parecía que el joven meta le iba cogiendo el punto a Primera. Nada más lejos de la realidad, el arquero salió mal en el saque de esquina y Vitolo, a portería vacía, cabeceó para hacer el 1-0 pese a los intentos de Kiko Olivas por sacarla sobre la línea. No dudó el asistente de González Fuertes y el VAR ratificó su decisión: el balón había entrado.
De ahí al final, el Atlético ya no dejó que se jugara más. Otra lección del maestro al aprendiz, que soñó con una sorpresa que únicamente no se dio por detalles. Fue día de tomar notas.