Papu Gómez es uno de los artífices del Atalanta de Champions. Este miércoles, los italianos se impusieron al Valencia por 4-1 en una exhibición ofensiva donde también participó el argentino, quien pudo pasar por España para vestir la camiseta... del Atlético de Madrid.
En una extensa entrevista para 'El País', el delantero de 32 años confesó que tuvo la opción de jugar en el Vicente Calderón nada menos que en el año 2013, cuando jugaba en el Catania, pero las diferencias pecuniarias dieron al traste con la operación.
"En 2013 yo había hecho tres años muy buenos en Catania. Me había mostrado en el fútbol italiano y todavía era bastante joven, 25 o 26 años. Me quería el Inter y también el Atlético del Cholo, pero no estaban tan bien económicamente como ahora y no podía pagar la cifra que pedía el Catania", explicó.
Dio los números: "Ofrecían seis y el Catania quería diez. Al final, el Atlético trajo a Villa por cuatro. Ahora está de moda eso de no presentarse a la pretemporada, pelearse con el presidente o decir algo contra el club para que te vendan para poder salir. Yo en el Catania me considero muy querido. Nunca habría podido hacer eso".
También explicó su salida del club italiano para jugar en Ucrania: "Nosotros entramos en Europa League después de hacer el récord histórico del club en Serie A, y yo sentía que mi ciclo se había cumplido. Entonces llegó una oferta del Metalist, de Járkov: estaba jugando Champions, le peleaba el campeonato al Shaktar, había muchos argentinos, económicamente me servía porque iba a ganar tres veces más..."
"Dije: 'bueno, si no puedo ir al Atlético, si no surgió nada en Italia, al menos voy a jugar competiciones europeas y voy a ganar más dinero", señaló el argentino, que continuó: "No tuve esa cuota de suerte ni tampoco de maldad mía, de decir: 'Si no me vendes no entreno, o me hago el lesionado hasta que no me vendas al Inter".
Claro que esa no es su filosofía, como señaló: "No lo hice antes y no lo hice ahora en el Atalanta, en donde también he tenido muchas ofertas. Así me fui al Metalist donde tuve un año terrorífico. Solo me sirvió económicamente. Empezó la guerra en Ucrania en diciembre y yo me fui en septiembre. Pero tuve que volver a empezar, volver a hacer mi nombre en Italia en el Atalanta, que no era en ese momento el club que es hoy".