Fue un partido intenso de principio a fin. Ni Barakaldo ni Logroñés concedieron nada al rival, pero el partido se le puso de cara a los riojanos a la media hora.
Andrada vio dos amarillas en poco más de cinco minutos, y complicó gravemente el partido a los locales. Justo, además, después de que Ander Vitoria tuviese en sus botas el gol.
A partir de entonces el Barakaldo fue más conservador. Cerraron filas y se limitaron a aguantar las acometidas del Logroñés.
Segundo empate consecutivo de los aurinegros, que, tras tres jornadas, siguen sin haber encajado un solo gol. Ahora bien, tampoco andan muy acertados de cara a la meta rival, sólo marcaron en la primera jornada, eso sí, por partida triple.