Un epílogo triste tras un final de lo más gris. Así despidió el FC Barcelona una Liga 2020-21 que tuvo perdida en diciembre, en su mano en abril y que tiró por la borda en un último mes para el olvido que culminó, sin Messi, con un soporífero 0-1 ante un Eibar que dijo así adiós a la Primera División tras varios años en la élite.
La intenciones 'culés' fueron muy buenas en el inicio, pero se quedaron en eso. Con Ronald Koeman alineando un once con algunas caras nuevas, Trincao y Dembélé se mostraron muy participativos y eléctricos durante los primeros diez minutos de partido, aunque sus conducciones y combinaciones no acababan en ocasiones.
Pasado este inicio, el Eibar adelantó líneas y comenzó a presionar muy arriba a un equipo catalán que solo encontraba algo de sentido en su juego a través de un Frenkie de Jong que estaba solo ante el peligro. El cuadro vasco buscó sin cesar en el primer tiempo un triunfo para dejar primera con un gran sabor de boca, pero Neto y la falta de puntería evitaban el tanto local.
El Barça estaba cada vez más atrás, no inquietaba a la zaga 'armera' y veía a su rival dominar el partido, aunque no así su posesión. Lo mejor al descanso de hecho para el equipo de la Ciudad Condal fue un 0-0 que, tras la reanudación, apuntaba a ser el resultado definitivo del encuentro si no mediaba una genialidad.
Griezmann brinda el triunfo... ¿en el adiós de Koeman?
El paso por vestuarios, eso sí, mejoró ligeramente al Barça, algo que no era muy difícil tras lo visto en los primeros 45 minutos. Al Eibar se le acabó un poco la gasolina y su presión ya no era tan asfixiante, lo que daba tranquilidad a un Barça que, pese a todo, estaba muy espeso y no tenía el colmillo necesario cuando llegaba arriba.
La entrada de Riqui Puig por un lesionado Ilaix Moriba aumentó un poco las revoluciones del cuadro visitante, pero los minutos caían como losas uno tras otro. Solo un enorme remate de Griezmann dentro de los últimos diez minutos desequilibró la balanza para darle al conjunto catalán los últimos tres puntos de la temporada.
El pitido final supuso el adiós definitivo del Eibar a la máxima categoría y, quién sabe, si el último encuentro de Ronald Koeman como entrenador de un FC Barcelona que ahora pone sus cinco sentidos en un verano que se antoja de lo más movido en el Camp Nou tras un curso maquillado por una Copa del Rey que, visto lo visto, solo da para un suficiente raspado.