Y es que, el precio que exige la entidad 'che' para desprenderse de los servicios de uno de sus jugadores más talentosos es casi prohibitivo: 65 millones. Los valencianistas saben que tienen a clubes como la Juve y el United interesados y que el 'no' al Barcelona no cambiaría mucho la cantidad que puedan ingresar de llevarse a cabo su venta.
El problema es que desde las oficinas del Camp Nou se habrían puesto 68 millones como límite presupuestario en fichajes, lo que hace que la contratación de jugador por unos 60 'kilos' sea una quimera para los blaugrana, ya que Luis Enrique le exigió, hace unas semanas, la contratación de un lateral derecho a la directiva del club.
La única manera que tendría el Barça de hacerse con los servicios del luso sería la de vender por buen precio a Vermaelen o, incluso a Arda Turan, lo que aumentaría el montante económico en las arcas de la entidad 'culé'. Sin embargo, el buen papel de Vermaelen en la Eurocopa y la confianza que tiene Luis Enrique en recuperar a Arda, imposibilitan la operación.
Sea como sea, desde Barcelona tienen claro que seguirán insistiendo para que el jugador pueda presionar a la directiva buscando que el Valencia rebaje las pretensiones económicas para su venta.