Puede ser que en esta Liga de poco más de un mes y la Champions comprimida de agosto gane quien sobreviva. Es decir, quien menos sufra el rigor de las temidas lesiones tras tres meses de inactividad. Traducido en el Camp Nou, ello significa mimar al máximo a Messi.
Por ello, no extrañó que este miércoles el argentino causara baja en el entrenamiento azulgrana. Leo se quedó trabajando en el gimnasio, dentro de un plan de prevención para evitar que el salto de exigencia en las sesiones pueda derivar en alguna lesión muscular.
Siempre se le ha mimado, pero más si cabe conforme va cumpliendo años (está en 32) y especialmente teniendo en cuenta que esta temporada debutó dos meses más tarde de lo previsto por culpa de una rotura en el sóleo que no curó bien.
Messi, que volvió impresionando, es la gran esperanza del Barça para culminar la temporada con dos títulos que harían que el año fuera de matrícula de honor. Sin el argentino durante unas semanas, la confianza en ganar siquiera alguno de ellos descendería radicalmente.