El Barça, ni tan bien como dice Koeman ni tan mal como le pintan

El triunfo del Atlético de Madrid ante el Barcelona, que deja a los azulgranas ya a nueve puntos de los del Cholo con solo ocho partidos de Liga disputados, ha vuelto a avivar el incendio en la Ciudad Condal por el pésimo discurrir liguero del equipo.
El conjunto 'culé' no carbura y, a pesar de que Ronald Koeman no ve motivos para la preocupación y cree que su equipo no está teniendo suerte, lo cierto es que las cosas no marchan bien. Solo la irregularidad manifiesta del Real Madrid, que podría estar a solo tres puntos si el Barça gana el partido aplazado de más que tiene en relación a los blancos, mantiene la fe de un equipo al que últimamente todo le ha salido mal.
El Barça ha perdido a dos de sus hombres más importantes en las últimas dos jornadas. Cayeron en combate Ansu Fati y Piqué, dos símbolos pese a su enorme diferencia de edad, uno por frescura y el otro por galones. Hasta Sergi Roberto, brillante con la Selección Española y sorprendente titular por delante de Dest en el lateral, podría estar fuera varias semanas, con lo que los problemas se acumulan.
Y en el banquillo no hay mucho más que rascar. Incluso Braithwaite, defenestrado hace meses, está teniendo minutos de forma sostenida por el mal momento que vive Griezmann. Del resto, Coutinho y Trincao parece que van a menos... y ya no hay prácticamente nada más.
Analizando el choque del Wanda Metropolitano, el Barcelona no estuvo tan mal como se dice. Las ocasiones estuvieron parejas y el partido hubiera podido caer para cualquier lado de no tener lugar el error garrafal de Ter Stegen cuando ambos equipos ya se encaminaban hacia el vestuario.
El problema está en quien quizás espera de este equipo lo mismo que del de Guardiola, cuando ni son los mismos nombres ni, los que quedan, tienen la misma edad. En ese sentido, Leo Messi volvió a hacer patente su impotencia en el terreno de juego y dejó un dato llamativo y muy poco habitual en él: tuvo 23 pérdidas ante el Atlético. No quería estar en este equipo y se nota.
Así, lo más normal era que el Barcelona perdiera el partido. El equipo ha dado la cara en todos los compromisos complicados que ha tenido esta campaña, pero no ha tenido suerte en prácticamente ninguno. Solo en Turín, donde pudo también salir derrotado si Morata no hubiera estado tan despistado con la línea, sumó un triunfo de prestigio.
Mientras en la Champions el camino es impecable, en Liga el Barcelona ha terminado cayendo en todos los choques complicados, aunque no por incomparecencia. Comenzó la cuesta abajo tras un ilusionante comienzo contra el Sevilla, un choque en el que tuvo más ocasiones y que se pudo decantar si Trincao hubiera tenido más puntería en una de las postrimerías del partido.
En Getafe llegó la primera derrota en un partido horrible en el que, a pesar de todo, Messi estuvo a centímetros de hacer el 0-1 antes del penalti de De Jong que cambió el choque. Incluso en el 'Clásico', que el Barça regaló por 1-3, el equipo azulgrana tuvo opciones de ganar. Coutinho tuvo el 2-1 en un cabezazo claro que envió fuera y luego el Madrid mató el choque cuando los azulgranas mejor estaban gracias al penalti de Lenglet.
Los últimos dos puntos que habían volado hasta este sábado se le escaparon al Barça en Vitoria en otro choque en el que la imagen, sobre todo en la segunda parte, fue mucho mejor de la que reflejó el marcador. De nuevo, los azulgranas pagaron caro un error de su portero, en aquel entonces Neto por la lesión de Ter Stegen.
Más allá de que el cambio de ciclo sea evidente y obligado y de que el equipo esté en reconstrucción, el Barça ha merecido más puntos de los once que lleva. El problema parece ser que Ronald Koeman todavía no ha comprendido que esto no es fútbol de selecciones y con una buena imagen no vale. A su proyecto se le exige una mayor regularidad y firmeza y eso es algo que este Barça está muy lejos de conseguir.