Después que Atlético y Sevilla firmaran tablas y el Madrid perpetrara otra mala tarde frente a la Real Sociedad, el Barça se puso el mono de trabajo para tumbar a un Getafe que pegó bocados.
Así es el equipo de Bordalás, un equipo que no conoce el fútbol como arte. Sí como oficio, tarea, deber. El Getafe es un equipo incomodísimo, que sabe poner minas sobre el campo y que cuando ataca lo hace rápido y sin piedad.
El Barcelona, no obstante, supo sufrir y definió nuevamente gracias a las irrupciones de sus dos mejores futbolistas. Messi volvió a ser el más listo de la clase, Suárez sacó el fusil. LaLiga empezó a desnivelarse.
El Getafe no mordió el polvo y recortó distancias poco después. Y Jaime Mata, autor del gol, tuvo ocasiones para hacer el segundo; también el Barça para hacer el tercero. Ganaron los de Valverde porque sudaron tanto como su rival y porque, al fin y al cabo, tienen más calidad.
Primeros minutos muy sufridos
El Getafe salió con las ideas muy claras y Antunes buscando la espalda de Jordi Alba. Por allí apareció primero Mata, luego Ángel. Cada balón allí lanzado fue un martirio. De hecho, Mata marcó primero tras rematar solo. No subió al marcador porque supuestamente hubo falta sobre Lenglet. Los azulones no se lo podían creer.
Tras 20 minutos muy sufridos, Messi marcó y activó al conjunto azulgrana. Ni Cabrera ni Djené acertaron a despejar un balón suelto y Leo no iba a desperdiciar el regalo. Despiste, pestañeo, gol de Messi.
El 0-1 espabiló al Barcelona, que empezó a ejercer su fútbol control. Djené y Dembélé mantuvieron grandes duelos. El delantero francés, aun así, fue un martirio para la zaga madrileña, ciega ante sus movimientos. Piqué, tras una jugada iniciada por pase de videojuego de Messi, puso en aprietos a Soria.
La bofetada de Suárez en forma de genial volea pudo sentenciar el partido, pero el Getafe, nuevamente tras colgar un balón al segundo palo, se rehizo. La puso Antunes, pasó Ángel y anotó Mata. Antes hubo un palo involuntario. Tres goles en pocos minutos. Había partido.
Segunda parte muy parecida
Foulquier, casi nada más iniciado el segundo tiempo, la cruzó demasiado. La intensidad y el vigor del Getafe atenazaron a un Barcelona que quería jugar con el reloj pero que se vio agobiado por el empuje del equipo de Bordalás.
Claro que cada aparición de Messi generaba pánico en la zaga local. Pudo hacer el tercero, pero entre Djené y Soria lo evitaron. Entró Busquets, se asentó el Barça y el Getafe, pese a su buen papel, se quedó sin puntos. El Barça extrae oro del Coliseum.