Jugar en Stamford Bridge es un poco no saber a qué atenerse. El Chelsea de Conte ha alternado en el último año y medio partidos muy buenos, en los que ha arrasado a sus rivales, con otros rozando lo vergonzoso, con modestos sacando puntos del coliseo 'blue' por doquier.
El choque ante el Barcelona mostró un poco las dos caras de los de Antonio Conte. Por un lado, el técnico italiano se extralimitó a la hora de defender y, por otro, el Chelsea pudo llevar la eliminatoria encarrilada al Camp Nou a poco que se le hubiera dado bien.
Entre medias, un nuevo partido anodino del Barcelona, que se conformó con tener la posesión y apenas pudo penetrar en el muro defensivo inglés. Por momentos, daba la sensación de que a los azulgranas les valía el 0-0, un resultado muy peligroso si el rival luego te hace gol en tu casa y te obliga a remontar.
Hazard y Willian, dos pedazo de futbolistas, llevaron la voz cantante en los de casa. De lo poco destacable de un conjunto en el que Cesc y Pedro demostraron que están ya para otro tipo de batallas y en el que Kanté confirmó que no está tan bien como hace un año. Sólo brillaron el brasileño y el belga, pero lo hicieron tan bien que incluso pudieron poner en serio peligro al Barcelona a nada que hubieran tenido algo de puntería.
El Barça se salva por los 'palos'.
Pasado el mal trago inicial, con un latigazo alto de Hazard y un remate de cabeza desviado de Rüdiger, el Barcelona engañó con una intención de hacerse con el mando del partido que no fue real. Los de Valverde hicieron circular el balón sin crear apenas peligro, pero el Chelsea tampoco pudo salir al contragolpe como quería, así que unos se anulaban a otros.
Pero claro, la efectividad de los 'culés' en el pase no iba a ser infinita y, a nada que llegaron los descuidos, los 'blues' volvieron a rugir. Lo hicieron con un golpeo desde la frontal de Willian que se estrelló directamente en el palo de Ter Stegen, que calcó su gesto en la vuelta de la Supercopa en el chut de Asensio. Esta vez, para alegría del Barcelona, la suerte le sonrió.
No espabiló el Barça con semejante oportunidad y fue de nuevo el brasileño el que estuvo a punto de inaugurar el marcador con otro remate desde el balcón del área que se fue al otro palo de Ter Stegen.
El paso por los vestuarios no mejoró al Barcelona, que siguió teniendo la posesión con escasa profundidad y que vio cómo el Chelsea cada vez asustaba menos, pues su gasolina comenzaba a estar en la reserva. Un despiste tremendo, en cualquier caso, fue suficiente para cambiarlo todo. El Chelsea sacó un córner en corto y Willian recibió solo en la frontal. Como si los de Valverde no hubieran estado avisados, el brasileño controló sin oposición y, esta vez sí, la puso con el interior a la izquierda del portero del Barcelona.
1-0 y 'reseteo' para un Barcelona al que ya no le valía el marcador, y que encima tenía que andarse con cuidado de no encajar el segundo en un contragolpe. El Barça dominaba y dominaba y el Chelsea defendía con 9 hombres en su área, dejando prácticamente nulas opciones a un conjunto azulgrana que abusó del juego interior y que infrautilizó a Jordi Alba y Sergi Roberto.
El Chelsea también es humano.
Pero como los errores no vienen solos, el Chelsea también iba a tener el suyo. E iba a ser decisivo para el devenir del choque y quién sabe si de la eliminatoria. Christensen demostró su candidez con un pase horizontal muy impreciso y entre Iniesta y Messi hicieron el resto.
El manchego, que pasaba por allí, se metió en el área y se dio el lujo de devolverle a Leo aquella asistencia del ya lejanísimo 2009. Messi, como es costumbre, no perdonó y subió un empate al marcador que ya no se movería y que deja la eliminatoria encarrilada para el Barcelona de cara a la vuelta.
Si hace un año los 'culés' tenían que automotivarse con un imposible para una remontada histórica que terminaron por conseguir, ahora podrán tomarse un pequeño relax en la Champions League hasta el 14 de marzo, cuando deberán dirimir esta serie ante el Chelsea en el Camp Nou. Valverde y los suyos siguen quemando etapas y, donde antes todo eran problemas, ahora el Barça se empeña en encontrar sólo soluciones.