En el Barça-Madrid aplazado, el del 'Tsunami Democràtic', el tsnuami lo puso el Real Madrid, que fue una ola gigantesca que no pudo derribar el Camp Nou por su difícil de descifrar falta de gol. No tuvo el día Benzema, ese nuevo CR7 que ha encontrado Zidane en Karim, y los 'merengues' solo pudieron llevarse un punto, pues no lograron traducir su mayor control en los momentos clave en victoria.
A los blancos se les mojó la pólvora de tanto dominar y murieron siempre en la orilla de unos imperiales Ter Stegen y Piqué. El central, de paso, cerró bocas con una actuación a la altura de las circunstancias. Fue el dique al que se agarró un Barcelona desconocido, que hizo aguas en el centro del campo y se cansó de buscar el salvavidas de Messi sin suerte.
Sorprendió de salida la suplencia de Busquets. Un misterio saber si el centrocampista fue baja por encontrarse mal o por una decisión táctica de Valverde que, en ese caso, hubiera sido controvertida. Los 90 minutos del 'Clásico' confirmaron que hasta el Busquets de 'clase B' es superior al resto de centrocampistas azulgranas.
Enseguida se vio que el planteamiento de Valverde, obligado o no, no iba a ser suficiente para dominar al Madrid. Hace prácticamente un año le sirvió para golear por 5-1 a un equipo en descomposición, que cambió de líder poco después. Pero, esta vez, Zidane llevó al equipo al 'Clásico' con la lección aprendida.
Zidane gana la batalla táctica
La línea de cuatro del centro del campo planteada por el técnico galo monopolizó el balón en zona peligrosa y fue un imán para cada rechace del Barça. El problema para los blancos estuvo en que habitualmente no supieron qué hacer con el esférico cuando lo recuperaron.
Cada centro desde un costado de Mendy, que vivió permanentemente en área azulgrana, o Bale agrandaba un poco más a Piqué. El central sería el primer protagonista del 'Clásico', al salvar bajo palos con un cabezazo un remate picado de Casemiro que se colaba.
En esa acción y en la posterior reclamó el Real Madrid dos penaltis en las únicas jugadas polémicas del partido, con Lenglet y Rakitic como protagonistas. Hernández Hernández consideró fortuitos el agarrón del croata y el planchazo del francés a Varane.
Entre chut y chut de Valverde, que se confirmó con un gran partido e impidió la tranquilidad de un Ter Stegen que se multiplicaba, el Barça solo descifró el camino hacia el gol con una conexión vintage. Buscó hasta la saciedad Messi a Jordi Alba, pero ni el lateral está en su mejor momento tras la lesión ni Griezmann o Suárez le acompañaron.
El Barça, Messi y Jordi Alba
Fue el propio Messi el que monopolizó con sus apariciones las dos ocasiones más claras del primer tiempo. Ramos le salvó un balón sobre la línea tras una mala salida de Courtois y Jordi Alba envió rozando el palo uno de sus clásicos globitos cuando estaba mano a mano con el belga.
La presión adelantada del Real Madrid empezó a verse afectada por el cansancio tras el descanso. Por suerte para los blancos, el Barça no estuvo mucho mejor físicamente. A los azulgranas, y esto sí es noticia, les quemó el balón durante todo el partido. Así que, tras la reanudación, el equipo blanco creó más peligro por vivir cerca el área 'culé' que por ocasiones reales. Apenas Bale, en un contragolpe vertiginoso de los de Zidane, tuvo el tanto de la victoria más allá del gol justamente anulado por fuera de juego a Bale.
Un tanto que hubiera sido motivo de conversación durante días y que, esto es el fútbol actual, quedó silenciado por la revisión del VAR y la confirmación de la posición antirreglamentaria de Mendy. Recibió por centímetros adelantado el galo y el remate del galés ya no tuvo validez.
Agarrado a Piqué, el Barça no encontró el bote salvavidas de Messi en el segundo acto. El argentino ofreció mil y una soluciones como siempre, pero Griezmann y Suárez no le acompañaron y solo Ansu Fati, que se estrenó en un 'Clásico' con otro debut histórico, devolvió algo la frescura a un equipo al que también sostuvo en la segunda parte la entrada de otro currante. Un Arturo Vidal que, como siempre, entorpeció arriba y sumó atrás.
Los últimos minutos mostraron a dos equipos con la lengua fuera, con más miedo a perder que a ganar, y por eso terminaron firmando un empate que no confirma a ninguno como el nuevo tirano de la Liga, pero que tampoco descarta al otro. Por mucho que el Real Madrid sea el que sale beneficiado de este 'Clásico' sin ganador.