El Barcelona venció con dificultades a un equipo formado por los mejores jugadores de la Liga Australiana en un duelo amistoso que cerró su temporada. Los de Xavi Hernández, víctimas de una crisis de sensaciones y resultados en las últimas jornadas de competición doméstica, no pudieron despedirla con un triunfo imponente, sino con uno sufrido.
Los azulgranas tuvieron que remontar un resultado que, en un principio, les favorecía. Se adelantaron por mediación de un latigazo de Ousmane Dembélé -puede haber sido su último tanto en el equipo- al poco de cumplirse la media hora inicial y se vieron por detrás en el luminoso más tarde. Entonces, hubieron de reaccionar para evitar el sonrojo ante un rival cuya calidad era inferior.
El problema de los catalanes residió en una tara que lleva siendo recurrente un tiempo: la falta de acierto de cara a la meta. El grupo dominó a su contrincante desde los compases iniciales con su marcado estilo de juego de posesión y paciencia y, aunque generaba mucho más peligro, no terminaba de ver puerta ante un Kurto correcto que protagonizó alguna buena parada.
La banda izquierda se convirtió en la mayor lanzadera de ataques por parte del Barcelona. Álex Balde, quizá deseoso de demostrar a Xavi que puede servir como alternativa a Jordi Alba, se mostró especialmente activo. Esto, sumado al buen hacer de Dembélé, dibujó un carril que dio mucho que hacer a la defensa australiana, superada en no pocas ocasiones.
Al otro lado, el derecho, propiedad de Dani Alves, se sucedieron los centros marca de la casa del brasileño a coste de dejar varios huecos en defensa que propiciaban contras de los australianos. Estos fueron los primeros atisbos de peligro para Ter Stegen, que no encajó ni un solo gol porque, para la segunda mitad, Arnau Tenas ya le había sustituido bajo palos.
El joven estuvo correcto en su lugar, llevó a cabo algunas intervenciones de mérito -de hecho, evitó el 3-3 cuando quedaban escasos minutos para el pitido final-, pero se vio preso por los desajustes defensivos de los suyos en el segundo acto. El All Star los aprovechó bien, se apoyó en sus hombres de mayor nivel y puso contra las cuerdas a los de Xavi.
El quebradero de cabeza más importante para los 'culés' fue, probablemente, Reno Piscopo, que comandó el ataque de los suyos. Él firmó el 1-1 cuando cazó el rechace de un tiro de O'Shea al que llegó tarde Ronald Araujo y, tan solo unos minutos después, se encargó de quitarle la pelota a Dani Alves muy cerca del área para regalarle a Adama Traoré -que milita en el Western Sydney Wanderers-, que definió de primeras, el 2-1.
Este rato de desajustes defensivos del Barcelona precedió a uno de arreón impulsado por Xavi desde el banquillo. Con piernas frescas y otro canterano con hambre de brillar, Aranda, los azulgranas consiguieron maquillar lo que, hasta el momento, había sido un vestigio más de su crisis de inefectividad para terminar alzándose con la victoria.
Primero, Adama Traoré, en el minuto 72, superó a Redmayne,que había sustituido a Kurto bajo palos, con un zapatazo potente que se le escurrió al cancerbero y que acabó en el fondo de sus mallas. Poco después, previo jugadón de Aranda, Ansu Fati engatilló y chutó con velocidad para firmar el definitivo 2-3, que hizo olvidar un poco las dificultades previas que había afrontado el equipo.
El mero hecho de que Ansu Fati volviera a gozar de minutos y destacara ya es, en sí mismo, un aliciente de esperanza para la afición de cara a la temporada que viene. La campaña del Barcelona ha acabado y lo ha hecho, al fin y al cabo y por mucho que sea cierto que las dudas lo han rondado en la fase final del curso, con triunfo. Ahora, toca trabajar en los despachos.
Adama y Dembélé, especialmente protagonistas
En Australia, dos futbolistas que apuntan a dejar el club este verano asumieron un rol de especial notoriedad. Tanto Ousmane Dembélé, que aún no ha renovado y podría firmar por el PSG para el venidero curso, como Adama Traoré, cuya cesión procedente de los Wolves termina, fueron de las armas más afiladas en el cuadro de Xavi Hernández.
Esto es más notorio de lo habitual porque puede tratarse del último encuentro de ambos con la elástica azulgrana. Estuvieron insistentes por sus respectivas bandas, sobre todo el francés, que se asoció tanto con Álex Balde por su carril como con Gavi más hacia dentro y pudo haber anotado más de un gol.
El recién mencionado Gavi es otro de los grandes nombres de la victoria ante el All Stars. Muy participativo y asumiendo galones en la medular, se mostró tan suelto como siempre. Contrastó con su compañero Álvaro Sanz, que no se dejó ver tanto, aunque no por ello cuajó un mal día. Sergio Busquets, un poco más atrás, trataba de hacer de 'profesor' de ambos.
Con la posterior entrada de Aranda, la deferencia de Álex Balde por destacar por su banda y lo poco inspirado que estuvo Luuk de Jong -o quizás el problema estuvo en que no pudo recibir muchos balones-, el triunfo del Barcelona tuvo mucho que ver con el trabajo de quienes podrían marcharse este verano... y de quienes están llamados a liderar el futuro.