En concreto, la directiva del Barcelona ha acordado subir la cláusula de rescisión que, por defecto, se le impone a cualquier jugador de la cantera azulgrana en cuanto cumple la mayoría de edad.
Cualquier juvenil que alcance los 18 años debe firmar dos contratos con el Barcelona. Uno es el documento ordinario y el otro, un seguro de que el contrato se cumplirá, con 3 millones de penalización en caso de no hacerlo (cláusula de rescisión).
Esta política le parece al Barcelona algo desfasada, por lo que su nueva medida será, siguiendo con los mismos mecanismos, aumentarle la cláusula incluso al doble. Con esto evitarán que las nuevas joyas salgan tan fácil... o que, en caso de hacerlo, dejen más dinero en las arcas del club.