El Basilea fue incapaz de encontrar soluciones ante un rival, en teoría menor. Desperdició una buena ocasión el conjunto helvético de cerrar la sesión con tres puntos y manejar así alguna opción para cuestionar el favoritismo de los otros dos componentes del grupo, el Paris Saint Germain y el Arsenal.
El equipo de Urs Fischer cercó al Ludogorests desde el principio. Sin embargo, apenas inquietó su portería, especialmente en la primera parte, cuando el cuadro búlgaro vivió con cierta tranquilidad y buscó su ocasión en cualquier contraataque.
El combinado de Gerogi Dermendzhiev depositó sus contadas posibilidades en su terna brasileña de ataque: Marcelinho, Wanderson y Jonathan Cafú. En una de ellas tomó ventaja.
Fue justo al borde del descanso cuando un centro al espacio de Marcelinho llevó la pelota a Jonathan Cafu, que encaró la portería rival tras superar por velocidad a los centrales suizos. Finalizó bien el brasileño que batió a Tomas Vaclik para adelantar al Ludogorets.
El Basilea irrumpió en la reanudación precipitado. Con urgencias para equilibrar el marcador. Fischer, que había tenido que sacar al campo a Sydou Doumbia por Marc Janko, apostó después por Alexander Fransson en el puesto de Luca Zuffi.
Cercó el equipo local a su adversario pero sin crear peligro entre los tres palos. Encontró un premio inesperado a diez minutos del final, cuando un centro de Michael Lang fue mal despejado por el portero Vladislav Stoyanov, que dejo la pelota en las botas de Renato Steffen y lo llevó a la red para evitar la derrota suiza.