Ni el tropiezo del Real Madrid ante el Brujas ni las victorias de Atlético, Juventus, PSG o Manchester City. La noticia de la jornada en la Fase de Grupos de la Champions estuvo en Londres, donde el huracán Bayern arrasó a un Tottenham sin rumbo.
Los 'spurs' pretendieron poner final a un comienzo de campaña dubitativo, pero salieron escaldados. Ni el tempranero tanto de Son templó a un equipo que dio muestras de descomposición y de necesitar una renovación urgente.
El Tottenham, que ya se dejó levantar un resultado favorable en Grecia, repitió desajustes en casa ante un gigante europeo como el Bayern. Y los de Kovac, mucho más rodados, no tuvieron piedad de un conjunto que acabó humillado en su propia casa, el Tottenham Hotspur Stadium.
Tras el tanto del coreano, Kimmich restableció enseguida la igualdad. Y Lewandowski, con un golazo a última hora en la primera parte, permitió al Bayern irse en ventaja al descanso.
Hasta entonces, el choque estaba más o menos igualado, con alternativas para unos y otros, pero el 1-2 desestabilizó a los de Pochettino, que vive sus horas más negras como técnico en Inglaterra.
La segunda parte tuvo un protagonista claro. Un Serge Gnabry que pasó de promesa a estrella en apenas media hora. En 35 minutos, el alemán firmó cuatro tantos y confirmó que ya está entre la élite europea con una segunda mitad espectacular.
Mientras el Tottenham achicaba agua, el joven delantero machacaba a cada llegada a los 'spurs'. Entre medias, otro gol de Lewandowski -y uno de Kane- para cerrar un 2-7 histórico de los alemanes en el Tottenham Hotspur Stadium, que roba la etiqueta de favorito al título al subcampeón y propulsa a uno de los más grandes de la historia en Europa.
De momento, el Bayern lidera el grupo y acaricia la clasificación. Todo lo contrario que un Tottenham que es colista y que un Olympiacos que perdió una gran oportunidad en Serbia.