El Bayern de Múnich ya está preparando la mesa y la cubertería de plata para el próximo fin de semana. El conjunto de Nagelsmann se recuperó del varapalo de Champions con una victoria contundente.
El Arminia Bielefeld pagó los platos rotos del conjunto bávaro. El Bayern, entristecido por la eliminación ante el Villarreal, necesitaba recuperar ánimos con una goleada que finalmente consiguió.
Después de que Lewandowski se quedase con la miel en los labios, en un gol fantasma que no subió al marcador, el propio delantero tuvo en sus botas poner el 0-1, pero no llegó y despistó a un Laursen que se marcó sin querer en su propia portería.
Encarriló el partido el cuadro bávaro justo antes del descanso. Gnabry mostró su calidad, en el sexto minuto del añadido, con una jugada en la que, de primeras y tras el pase largo de Kimmich, metió el pie para batir a Ortega.
Nada pudo hacer el Arminia Bielefeld para dar emoción al partido. El Bayern supo cómo controlar cualquier conato de reacción para llevarse una alegría esta semana.
Finalmente, Musiala se sumó a la fiesta bávara llegando desde segunda línea, con un Lewandowski que esperó la llegada del joven delantero para meter el pie y la puntilla final.