El Bayern de Múnich encadenó este viernes su quinta victoria consecutiva para mantenerse firme y con ventaja en el liderato de la Bundesliga. Nadie le tose, aunque esta vez el Hertha de Berlín le obligó a sufrir de lo lindo.
Ni las condiciones climáticas eran buenas, ni el Bayern estuvo fino. El equipo de Hansi Flick se impuso por la mínima con un gol de Kingsley Coman, pero después lo pasó mal y terminó pidiendo la hora contra un Hertha animado y que necesitaba los puntos para escapar de las garras del descenso.
Ciertamente, no fue malo el inicio de los bávaros. De hecho, se pudieron poner por delante muy prontito, a los once minutos de partido, pero sucedió algo inesperado: Robert Lewandowski falló un penalti.
Rune Jarstein le detuvo el lanzamiento desde los once metros al delantero polaco. Tiró a la izquierda y el meta de 36 años le adivinó las intenciones. Era la primera vez que Lewandowski fallaba un penalti en dos años; llevaba 17 marcados de forma consecutiva.
Pero diez minutos después, Coman lo compensó. Recibió en el pico del área, se giró con velocidad y disparó con la suerte de que el balón tocó en el defensa para tomar una parábola que le hizo imposible llegar a Jarstein.
Las cosas se pusieron peor para el Bayern en la segunda parte. Se le vio dudar demasiado, no convirtió sus buenas ocasiones y acabó concediendo atrás. Lukebakio o Matheus Cunha insistían mucho y Radonjic veía cómo el VAR le anulaba un gol por fuera de juego.
Una de las noticias del partido fue el debut de Sami Khedira con el Hertha. Tras abandonar la Juventus, el centrocampista alemán pudo jugar los últimos minutos tras sustituir a Ascacíbar. No pisaba césped en competición desde el pasado 12 de junio, cuando participó en un 0-0 entre los turineses y el Milan.
Matheus Cunha perdonó un mano a mano en una de las últimas acciones del partido. Se quedó con Neuer, le picó el balón y este se perdió muy cerquita del palo. Suspiraba de alivio el Bayern, que ya suma 48 puntos y aventaja en diez al RB Leipzig, con un partido menos aún.