En la ida de los cuartos de final de la Champions, fase en que el Liverpool derrotó por 1-3 al Benfica a domicilio, hubo una acción que pudo cambiar el resultado. Bien entrada la segunda mitad, Van Dijk tocó a Darwin Núñez en el área y este terminó en el suelo sin que el colegiado viera infracción, lo que indignó a los aficionados del conjunto portugués.
La hinchada entendió que el árbitro debería, como mínimo, haber acudido al monitor del VAR para ver de nuevo qué había ocurrido. El ex del Almería, que recibió la posible falta, se quejó desde el suelo para que lo hiciera, pero le hizo caso omiso, así que el duelo continuó sin más hasta que Luis Díaz firmó el tercer tanto 'red'.
El arbitraje era español. Jesús Gil Manzano era el juez principal. Como asistentes, le ayudaron Diego Barnero y Ángel Nevado. En el VAR, estaba a los mandos Alejandro Hernández Hernández con Ricardo de Burgos Bengoetxea como ayudante. Además, el cuarto árbitro era José María Sánchez.
Fuera o no fuera penalti aquella acción, en todo caso, el Benfica ha de remontar en Anfield marcando al menos dos goles para acceder a las semifinales de la Champions League. Los 'reds', por lo general, dominaron en tierras lusas y se espera que salgan con la misma dinámica dominante en su terreno de juego.