Ni el Mallorca culminó su sorpresa ni el Betis su remontada en su enfrentamiento de la jornada inicial de la Primera División 2021-22. La efectividad bermellona se transformó en un problema tan serio para los verdiblancos, que se supieron dominantes en general, que hubieron de conformarse con un reparto de puntos que les supo a poco.
Desde los primeros compases, los andaluces se erigieron en más protagonistas del juego. El problema es que esto no tiene por qué traducirse en ir por delante en el marcador. En lo que Borja Iglesias se quedaba seco de recursos en el área de Manolo Reina, Fekir trataba de achispar la propuesta y Canales no aparecía demasiado, los de Luis García se cubrían bien y hacían bastante daño cuando llegaba su turno.
La idea pasaba por enviar balones a la espalda de Ángel, aunque las internadas por las bandas y la polivalencia de Dani Rodríguez se trocaron fundamentales para afilar los ataques. Mboula puso en aprietos a Álex Moreno, quien terminó lesionado y cuyo sustituto, el joven Calderón, no pudo contener mucho al '7'.
En una de las contras que el Betis aún tenía pendiente resolver, consciente de que sufría demasiado cuando sucedían, Dani Rodríguez encontró a Brian Oliván con un balón preciso entre líneas. Fue el regalo perfecto a su desmarque en diagonal, que le permitió una audiencia a solas con Rui Silva. La resolvió fino con el interior de la zurda.
El gol aumentó las prisas de los andaluces por darle sentido a tanto pase y dio pie al Mallorca a dar un paso atrás en el terreno que lo acomodó y reforzó su apuesta de dejar que los visitantes combinaran sin conseguir percutir. La segunda mitad, eso sí, abrigó los mejores momentos de los verdiblancos, que lucieron un arreón que llegó a parecer el preludio de una remontada.
Fekir, con un centro acaramelado al sacar una falta en la frontal, regaló un cuero que Juanmi, casi rebasando la línea de fondo, envió de cabeza hacia Manolo Reina. El cancerbero, en una postura demasiado forzada y yendo hacia atrás, no pudo evitar mandar el esférico a su propia portería y dibujar el 1-1 por tanto en el luminoso.
El tanto espoleó a los de Pellegrini, que, entonces, dieron forma a un tramo de partido en el que los mallorquines tuvieron que levantar la guardia y aguantar el chaparrón. Este esfuerzo encontró su recompensa más tarde, cuando el aluvión amainó y el duelo volvió a una atmósfera igualada que hace justicia a lo que el verde vislumbró.
Las tablas finales suponen un punto de sabor agridulce para el Betis, que empata con un rival recién ascendido y deja pasar la oportunidad de remontar y arrojar una imagen más positiva. Desde la perspectiva del Mallorca, gran actuación para demostrar que el grupo puede poner en apuros a un contendiente asentado en la élite.