Colonia se engalanó para recibir a su equipo de nuevo en la Bundesliga. El FC Köln, recién ascendido, devolvía el fútbol del máximo nivel a su feudo, ante un rival de lujo: el Borussia Dortmund, candidato a destronar al Bayern de Múnich.
El 5-1 de los de Lucien Favre al Augsburg no hizo mella en la parroquia local, henchida de orgullo por el regreso a la Bundesliga y ávida de reivindicación tras caer 2-1 frente al Wolfsburgo en la primera jornada del campeonato.
Lejos de dejarse intimidar, el FC Köln arrancó el encuentro con ímpetu, queriendo sorprender al Borussia Dortmund con una presión adelantada y un ritmo vertiginoso desde el inicio. Un plan que apenas duró unos compases.
Merced al paso de los minutos, los de Lucien Favre fueron cogiendo las riendas del encuentro y las tornas cambiaron. Sin embargo, las embestidas visitantes adolecían del peligro habitual y morían en la orilla de Horn.
No se había cumplido la primera media hora de juego, cuando Dominick Drexler aprovechó un desajuste defensivo del Borussia Dortmund para cabecerar un saque de esquina peinado en el primer palo.
El tanto local encendió las alarmas visitantes y el pánico se apoderó de las piernas de sus futbolistas. Ni siquiera el paso por vestuario sirvió para templar la ansiedad de los subcampeones de la Bundesliga, presos de la urgencia del guion.
Desesperado, Lucien Favre decidió agitar el encuentro desde el banquillo. Julian Brandt irrumpió en el partido con efervescencia, pidiendo protagonismo con personalidad para liderar las ofensivas de su equipo.
Más allá del acierto en sus decisiones, la actitud del alemán reactivó a sus compañeros y pronto recibió su premio. Jadon Sancho, más impetuoso que acertado durante el partido, besaba las mallas en una jugada ensayada.
El tanto del inglés espoleó al Borussia Dortmund, volcado sobre el área de un FC Köln que se parapetó en su campo para defender una renta que Achraf Hakimi acabó llevándose con un cabezazo en la recta final de un encuentro que cerró Paco Alcácer.