Un delantero del cuadro visitante se marchaba solo ante el guardameta. Sin pensárselo regateó al portero con un sutil toque, por lo que ya no tenía ningún obstáculo por delante que le impidiera marcar.
Sin embargo, Rodrigo Caio le seguía desde atrás y realizó un brutal sprint para quitarle el esférico en el último momento. El central de Sao Paulo se cruzó y le robó la pelota, salvando a los suyos de la derrota.
21 de enero de 2018