No es la primera vez que el pez chico se come al grande y en El Plantío se pudo ver una nueva demostración de eficacia ofensiva. El Burgos desbarató los planes de Pacheta y se alzó con el triunfo final.
El cuadro local dio un golpe sobre la mesa ante su eterno rival y en su regreso al fútbol profesional tras 20 años de ausencia. Para poner más épica al asunto, los pupilos de Julián Calero, a pesar de ser inferiores, en los primeros minutos se vieron muy acechados.
Pero ahí entraron en juego sus ganas y sobre todo la confianza en ellos mismos. Tras un comienzo un tanto accidentado con muchas interrupciones, los locales comenzaron a crear peligro arriba y a poner en serios aprietos a Roberto.
El Burgos jugó sus cartas y basó su juego en la presión y en salir al contragolpe. La estrategia de su técnico salió a la perfección y el Valladolid apenas consiguió inquietar a Alfonso Herrero.
Después de la pausa de hidratación, y con apenas diez minutos por jugarse en la primera mitad, la locura se desató en El Plantío. El colegiado fue a consultar al VAR una acción rigurosa de Roque Mesa y no dudó en señalar la pena máxima.
Juanma, con incertidumbre tras el toque de Roberto, puso el 1-0 favorable a su equipo. Esto sentó como un jarro de agua fría al Pucela, que lejos de ofrecer mejoría se autocondenó.
En el minuto 40, Pablo Valcarce aumentó la ventaja tras rematar un centro medido de Álvaro Rodríguez y colocó el 2-0. La grada era toda una fiesta, pero lo mejor estaba por llegar.
Una jugada sin apenas peligro se convirtió en una oportunidad de oro para que Juanma batiese a Roberto por segunda vez. Desajuste garrafal de la defensa que no perdonó ante el guardameta rival.
En la segunda parte era obvio que el Valladolid saldría al ataque si quería no hacer el ridículo sobre el terreno de juego. Pacheta revolucionó la alineación con cuatro cambios antes de comenzar, pero no surtieron efecto.
Los visitantes salieron al ataque, pero el Burgos supo aprovechar su ventaja y no concedió espacios, lo que llevó a que la desesperación vallisoletana fuera en aumento.
Los burgaleses siguieron arremetiendo sobre la portería de Roberto y, si llegan a estar algo más finos de cara al gol, la goleada hubiese sido mayor. Todo lo contrario que el Valladolid, que pareció totalmente perdido en ataque y sin síntomas de mejora.
El Burgos logró la que fue su primera victoria de la temporada y además tuvo un sabor especial al tratarse del eterno rival. Por su parte, los hombres de Pacheta se bajaron de la nube y se llevaron una verdadera dosis de realidad.